París, 20 dic (EFE).- El riesgo de apagones en Francia en la primera mitad de enero es menor de lo que se había anticipado, y eso gracias en particular a la fuerte reducción del consumo que se viene constatando en las últimas semanas, pero también a las importaciones y al progresivo arranque de reactores nucleares.
El gestor de redes RTE anunció este martes que, con respecto al mes pasado, ha rebajado su evaluación del riesgo de apagones para comienzos de enero de un nivel "elevado" a "medio", lo que en cualquier caso significa que será superior al que se vive actualmente, que se cataloga de "muy bajo".
La primera razón de esa revisión a la baja es que en las cuatro últimas semanas el consumo de electricidad en Francia ha disminuido un 9 % en términos estructurales respecto a la media del periodo de referencia 2014-2019, es decir, haciendo abstracción de las condiciones climáticas.
Esa caída ha sido particularmente fuerte en el sector industrial (12 %) pero también se ha dejado sentir entre los particulares y en las oficinas (7 %).
RTE destaca en un dossier de prensa que esas reducciones son "superiores" a lo que había anticipado en septiembre y que constituyen una tendencia al ahorro que va a durar. La prueba es que esa tendencia se mantuvo en la decena de días, hasta el domingo, en que las temperaturas estuvieron por debajo de la media.
Por otro lado, el gestor constata que hay menos reactores nucleares en servicio que en otros años en la misma época (40 de los 56 el viernes), y ese es el principal motivo que ha llevado al Gobierno francés a activar dispositivos para prepararse para la eventualidad de cortes de electricidad.
El parque nuclear, que normalmente aporta el 70 % de la demanda de la electricidad en Francia, lleva meses muy tocado por parones de mantenimiento en algunos de los reactores que no se pudieron hacer durante la crisis de la covid, y por problemas de corrosión que se han detectado en otros.
Durante la jornada de ayer, los reactores atómicos aportaron el 63,2 % de toda la producción eléctrica, según los datos de RTE.
Eso está obligando al país a comprar electricidad a países vecinos como España o Alemania de forma masiva y así el volumen de importaciones ha alcanzado un nivel récord de casi 15 gigavatios en las últimas semanas.
RTE estima que la disponibilidad del parque se encuentra en la horquilla que había calculado hace un mes, con más de 40 gigavatios de potencia en servicio desde la semana del 12 de diciembre, y esa cifra debería seguir aumentando hasta febrero.
Otro elemento positivo es que las reservas de las centrales hidroeléctricas, que a causa de la sequía estaban muy por debajo de la media en verano, se han recuperado y desde la segunda mitad de noviembre se encuentran ligeramente por encima de esa media.
Eso ha permitido que la producción haya marcado un pico de 16,5 gigavatios, que constituye "un nivel próximo al máximo histórico para un mes de diciembre".
Las centrales de gas también tienen sus reservas con un volumen superior al de los años precedentes en las mismas fechas, actualmente en el 84 %. Es decir que "a corto plazo, las centrales de gas no corren el riesgo de verse impedidas de funcionar".
Además, las previsiones meteorológicas consideran "poco probable" que haya una ola de frío al menos hasta mediados de enero.
Una de las consecuencias de la disminución del riesgo de apagones en Francia es que la prima de riesgo que contabilizaban los mercados de futuros en el precio de la electricidad si se compara con Alemania, como referencia, ha disminuido muy significativamente en los últimos días.