MADRID, 24 ene (Reuters) - La industria automovilística española necesita urgentemente una revisión para ponerse a la altura de sus homólogas europeas y acelerar su proceso de electrificación, mientras los fabricantes de automóviles luchan por recuperarse de una caída inducida por la pandemia, afirmó el martes el mayor grupo de presión de fabricantes del país.
Como en el resto de Europa, la producción automovilística española se ha visto lastrada en los últimos años por la escasez de semiconductores, los cierres temporales de fábricas y los cuellos de botella en la cadena de suministro tras el brote mundial de la enfermedad COVID-19 en 2020.
"No podemos perder más tiempo", dijo Wayne Griffiths, responsable del grupo de presión ANFAC y consejero delegado de SEAT, la filial española de Volkswagen (ETR:VOWG_p), al presentar la hoja de ruta del grupo hasta 2025.
"No podemos dejar pasar este año sin tomar decisiones ambiciosas", añadió. "No valen ya medidas cosméticas".
Entre los retos a los que se enfrenta la industria del país están unas ventas de vehículos eléctricos (VE) más débiles de lo esperado, un parque automovilístico envejecido —que está obstaculizando los objetivos de reducción de emisiones y seguridad— y una infraestructura de recarga de VE aún inexistente, dijo Griffiths.
En 2022 se vendieron en España unos 78.000 vehículos híbridos enchufables (PHEV) y eléctricos de batería (BEV), muy por debajo de los 120.000 necesarios para cumplir los actuales objetivos de emisiones. Los vehículos eléctricos representan el 9,2% de las ventas totales de automóviles, mientras que la media de la Unión Europea supera el 20%.
"Europa se está partiendo en dos, y España se está quedando cada vez más atrás de los países líderes" como Alemania o Portugal, dijo Griffiths.
Algunas de las medidas propuestas por ANFAC para impulsar el sector son la renovación de las subvenciones a los compradores de VE para que se apliquen directamente al precio de compra; la racionalización de los impuestos pertinentes de venta, beneficios y sociedades; y el establecimiento de objetivos vinculantes para el despliegue de infraestructuras públicas de recarga de VE de alta potencia.
Griffiths afirmó que, en última instancia, el sector debe animar a los consumidores a dar el salto a los vehículos eléctricos, aunque es consciente de que sus elevados precios han desanimado a algunos compradores potenciales.
"Creo que habrá una democratización de la electromovilidad, paso a paso. En 2024 y 2025 saldrán modelos a precios más asequibles".
(Reporte de David Latona; editado en español por Tomás Cobos)