Madrid, 9 oct (.).- Las elecciones generales obsequiaron al PP con una holgada mayoría absoluta en el Senado que podría dificultar la gobernabilidad a Pedro Sánchez, si logra ser investido, puesto que la Cámara Alta tiene capacidad para vetar los objetivos de estabilidad presupuestaria que acuerde el Ejecutivo.
Una de las primeras medidas que tendrá que tomar un hipotético Gobierno de coalición á la aprobación de un techo de gasto y una senda de déficit público que constituirán la primera piedra sobre la que se asentarán los presupuestos de 2024, un ámbito en el que el Senado desempeña un papel clave que puede complicar las cosas.
El techo de gasto únicamente se informa a las Cortes, pero la senda de déficit tiene que ser aprobada por "ambas cámaras", según lo previsto en la Ley de Estabilidad Presupuestaria como paso previo a la presentación de los presupuestos.
De este modo, aunque supere el trámite del Congreso, el Senado puede vetar esa senda de consolidación fiscal, como ya ocurrió en diciembre de 2018, cuando el PP también tenía la mayoría.
Los presupuestos de 2019 se tuvieron que adecuar a los objetivos de estabilidad que había aprobado el anterior Gobierno de Mariano Rajoy, pero ahora esta solución no es factible porque no hay objetivo en vigor, ya que las reglas fiscales están suspendidas hasta 2024 y en los últimos años solo se han presentado tasas de referencia que no están aprobadas por el Parlamento.
Para salir de este embrollo, una posible solución sería que el Gobierno promoviera reformar esa ley a fin de minorar el poder que concede al Senado, como ya intentó en su día cuando Rajoy fue desalojado de la presidencia, pero el PP mantenía una mayoría absoluta en la Cámara Alta que utilizó para hacer oposición al Ejecutivo socialista.
Para modificar la ley precisaría del apoyo mayoritario del Congreso y del propio Senado, llamado así a renunciar a esa potestad, y donde el PP votaría en contra -según comentan a EFE fuentes populares-, si bien luego la Cámara Baja podría levantarlo.
Si finalmente formalizara sus presupuestos -la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, apunta a presentarlos en enero- ese Gobierno se toparía también con el Senado, que puede vetarlos.
Otra arma del PP con efectos paradójicos, porque por una parte acortaría su tramitación al devolverlos al Congreso sin permitir enmendarlos, pero por otro lado obligaría al Ejecutivo a elevar la mayoría requerida para levantar el veto y lograr su aprobación definitiva, que tendría que ser absoluta.