París, 13 oct (.).- Más de 200 acciones están convocadas este viernes por los sindicatos franceses en todo el país, con pocos paros, en la jornada elegida por las centrales europeas para una movilización por los salarios, contra la austeridad y en favor de la igualdad entre hombres y mujeres.
La huelga que se espera que tenga más impacto, aunque no por su seguimiento, es la de los controladores aéreos, que ya ha conducido a la cancelación preventiva del 40 % de los vuelos en el aeropuerto parisino de Orly, así como al 20 % en el de Marsella y al 15 % en el de Beauvais.
Las perturbaciones en los ferrocarriles son limitadas, y afectan a algunas líneas regionales y de cercanías de París, pero no a los trenes de alta velocidad (TGV).
También se han convocado paros en algunos servicios públicos como hospitales y escuelas.
Los ocho sindicatos franceses reclaman en particular un aumento del salario mínimo, pero también con carácter general en las empresas y en la función pública con el argumento de que hay que compensar la inflación y de que en las grandes compañías las ganancias han crecido mucho, en beneficio esencialmente de los accionistas.
El movimiento tiene una dimensión europea y por eso desde esta mañana comparecen en París responsables de centrales de diferentes países, entre ellos el secretario general de la Unión General de Trabajadores (UGT, España), Pepe Álvarez, en un acto en el que también habrá representación de Comisiones Obreras (CCOO).
Todos ellos acudirán después a la gran manifestación prevista en la capital francesa a partir de las 14.00 hora local (12.00 GMT) desde la plaza de Italia.
La Confederación Europea de Sindicatos (CES) ha puesto el acento en denunciar los planes de la Unión Europea "para reintroducir la austeridad" con las reglas fiscales que, según sus cálculos, podrían forzar a los Estados a recortar 45.000 millones de euros en sus presupuestos, de los cuales 6.600 millones en España.
En Francia, esta es la primera gran jornada de acción sindical desde el movimiento contra la reforma de las pensiones, que terminó en abril sin evitarla.
Llega a tres días de una "conferencia social" prometida por el presidente francés, Emmanuel Macron, con la que su Ejecutivo quiere abordar varios puntos espinosos, como el hecho de que en muchos convenios colectivos las remuneraciones están paradójicamente por debajo del salario mínimo.