Geoffrey Smith
Investing.com – A medida que se ralentiza el crecimiento mundial y la economía mundial se tambalea al borde de una nueva guerra fría provocada por el comercio, tiene todo el sentido del mundo que los inversores se acuerden de los refugios seguros. Podrían llevarse una buena sorpresa al descubrir que el refugio más seguro de los mercados de valores europeos este año ha sido... Rusia.
El Índice de RTS ha subido un 17,8% en lo que va de año, convirtiéndose en el índice de mejor rendimiento de Europa, por delante del DAX alemán con un 14,7% y el SMI suizo con un 14,0% (el RTS es un índice denominado en dólares, así que no es que esos logros sean fruto de la devaluación del rublo). Aún más sorprendente es que también ha sido el índice de mejor actuación de los últimos tres años, subiendo un 41% (el Euro Stoxx 600 subió un 12% durante el mismo período).
El RTS consigue permanecer en territorio positivo este lunes, un día en que las acciones, desde Shanghái a Wall Street, han caído todas más o menos al unísono ante la perspectiva de las dos economías más importantes del mundo enzarzadas en una guerra comercial sin cuartel.
Como resultado, el rendimiento es bajo este martes —como suele pasar con los refugios seguros en días de bonanza—, subiendo sólo un 0,2% en lo que va de jornada de negociación en Europa, frente a la subida del 0,3% del Euro Soxx 600 y del 0,5% del FTSE. El Dax de Alemania sube un 0,6%.
Hay una explicación simple para esto, y —por desgracia para los inversores— es una que sugiere que el buen rendimiento va a ser difícil de sostener. El rumbo del mercado de valores de Rusia, así como su economía en general, viene determinado por el precio del petróleo, a pesar de las interminables promesas del presidente Vladimir Putin de diversificar la economía los últimos 19 años. La experiencia indica que va a costarle permanecer al alza si la guerra comercial ralentiza la economía mundial y lastra la demanda de petróleo.
Empresas de gas y petróleo, como Gazprom (MCX:GAZP), Rosneft (MCX:ROSN) y Lukoil (MCX:LKOH), se sitúan a la cabeza del índice y, mientras pueden evitar atroces actos de destrucción de valor (como la regulación del suministro de gas de Ucrania como estrategia política, o comprarle a oligarcas privilegiados su parte de las empresas como TNK-BP), no van a dejar de ganar dinero. Lukoil, la mejor de las tres, elevó su beneficio neto un 48% el año pasado hasta más de 9.000 millones de dólares.
Mientras los elevados precios del petróleo respalden el rublo, también asciende el valor de las empresas cuyas fuentes de ingresos son en rublos —sobre todo Sberbank (MCX:SBER), el mayor banco europeo, y la empresa de internet Yandex (NASDAQ:YNDX).
Los precios del petróleo están por las nubes ahora mismo porque Rusia está —teóricamente—reduciendo su suministro al mercado en coordinación con Arabia Saudí y la OPEP para mantener el equilibrio del mercado. El riesgo de conflicto entre Estados Unidos e Irán también ayuda.
Sin embargo, Rusia está visiblemente menos comprometida con el acuerdo que Arabia Saudí; su ministro de energía, Alexander Novak, se ha distanciado este fin de semana de la postura de Arabia Saudí que afirma que existe un consenso a favor de ampliar el acuerdo cuando expire en junio. Igor Sechin, el presidente de Rosneft, que se considera el hombre más poderoso de Rusia después del presidente Vladimir Putin, ha argumentado que toda la estrategia juega a favor de Estados Unidos, dotándola de una cuota mayor en el mercado mundial de petróleo.
Aquéllos que no han vendido sus acciones rusas durante los duros años desde la anexión de Crimea se han ganado este momento de gloria. Que dure requerirá un tremendo equilibrio entre quienes controlan el petróleo y el gas del país.