Madrid, 10 feb (.).- La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha criticado la falta de una respuesta común de la UE a los altos precios de la electricidad, que hace que la actuación de países "con más bolsillo" para abaratar los precios a sus industrias estén generando unas diferencias de costes que no pueden cubrir países con menos capacidad.
Ribera ha participado este jueves en el 19 Encuentro de Energía de IESE y Deloitte, en el que ha cuestionado la respuesta que se ha dado desde Europa para atajar los altos precios.
Ha recordado que Francia ha destinado 21.000 millones y Alemania otros 36.000 millones para paliar ese impacto de los precios de la electricidad en sus consumidores y sus industrias.
Unas cantidades que contrastan con el coste de las reducciones fiscales que se han llevado a cabo en España desde el verano, unos 5.000 millones de euros, y los 500 millones proporcionados en distintos tipos de apoyo a la industria.
Ha admitido que no es fácil cambiar las premisas regulatorias y el diseño de mercado eléctrico vigentes en Europa, pues, aunque se era consciente de que había que evolucionar ese diseño, "a todo el mundo le daba miedo abrir la caja de Pandora (CSE:PNDORA), y la caja de Pandora nos ha estallado en las manos".
Para Ribera, es insuficiente lo que se ha hecho hasta ahora, pues, aunque la escalada de precios puede ser coyuntural, ya va para un año y no se sabe lo que va a durar.
"Esperar que el problema se resuelva por sí sólo no es la respuesta más razonable", ha dicho la ministra, que también ha criticado que se haga frente al problema de la escalada de precios desde el presupuesto público, pues ese volumen de recursos tan importante se debería destinar a acelerar la transición energética.
Por eso, ha dicho que hay que seguir trabajando en una respuesta estructural, que pasa por acelerar la transición energética "en todo lo que está en nuestras manos" y abrir un debate "amplio" sobre cómo tiene que evolucionar el mercado.
La forma de acometer la escalada de los precios también ha centrado otras intervenciones en el Encuentro y la presidenta del Operador del Mercado Eléctrico (OMEL), Carmen Becerril, ha defendido el mercado marginalista, y ha dicho que para 2023 la electricidad en el mercado español será de 26 y 15 euros más barata que en Francia y Alemania.
En concreto, ha indicado que los futuros para 2023 marcan 125 euros por megavatio hora (MWh) en España, frente a 151,44 Francia y 140,40 Alemania.
Ha advertido también que la volatilidad va a seguir estando presente en la determinación de los precios, por lo que la cobertura a plazo será una estrategia cada vez más necesaria para los grandes consumidores.
El director general de Relaciones Institucionales y Regulación de Endesa (MC:ELE), José Casas, comparte esa necesidad ante los vaivenes del mercado, si bien ha recordado que ya las compañías de electricidad venden la mayoría de su energía a plazo.
Por eso no cree que sean la solución las subastas para contratación de energía de electricidad a plazo, en las que las compañías dominantes ( Iberdrola (MC:IBE), Endesa, Naturgy (MC:NTGY) y EDP (LS:EDP)) estarán obligadas a sacar energía para que pujen por ella comercializadoras independientes y la gran industria consumidora.
ENDESA PONE EN DUDA LA UTILIDAD DE LAS SUBASTAS OBLIGATORIAS
Según Casas, esas subastas no arreglan el problema de los altos precios ni fomentan la contratación a plazo.
Ha indicado que 120 teravatios hora (TWh) de los 250 TWh que se producen en un año en España se venden a plazo y no ven el precio del mercado mayorista, actualmente por encima de los 200 (MWh).
Según Casas, en concreto Endesa tenía el 88 % de la producción de 2022 vendida a plazo a 30 de septiembre de 2021 y sólo le quedaban libres 4 TWh.
Ha indicado que lo único que ocurrirá con esas subastas obligatorias para las compañías dominantes es que los 120 TWh que se venden ahora a plazo "pasarán de unas manos a otras", de clientes actuales con contratos a plazo con las compañías obligadas a ofertar en la subasta a los que consigan adjudicarse en la puja.
Además, ha advertido de que, si les quitan energía para esas subastas, no les quedará más remedio que romper contratos con clientes a los que ya tienen vendida energía a plazo.
Una de las soluciones que ha expuesto es que las tecnologías que perciben retribución del régimen de Renovables, Cogeneración y Residuos (Recore), que están obligadas a vender en el mercado mayorista diariamente para asegurar su tasa de rentabilidad, también puedan vender a plazo.
Casas ha dicho que con ello se podrían aportar de 80 a 83 TWh a la contratación a plazo, pero los perceptores de retribución Recore deberían percibir incentivos.
El director general de Gestión de Energía y Redes de Naturgy, Pedro Larrea, ha coincidido en que hay mucha energía contratable a plazo y en que no hay incentivo para ello.
Otro de los temas que ha centrado la atención en el encuentro ha sido la propuesta de taxonomía de la CE, por la que las inversiones en nuclear y gas se considerarían sostenibles.
Ribera ha afirmado que esa etiqueta para el gas y la nuclear está "fuera de lugar" y ha señalado que es posible hacer inversiones en esas tecnologías, pero no que se consideren verdes o aceleradoras en el corto plazo del proceso de descarbonización, al tiempo que ha advertido contra los efectos adversos que esa consideración puede tener.
La propuesta de taxonomía también se ha tratado en una mesa dedicada a la financiación sostenible, en la que el presidente de la firma de asesoría en asuntos financieros David Robinson & Associates, David Robinson, cree que el sector financiero va a distinguir entre energías renovables y gas, pese a la taxonomía.
El consejero delegado de EDP España, Rui Teixeira, considera que la propuesta de la CE ha introducido un "ruido" que genera una incertidumbre sobre el camino de descarbonización que quiere Europa.
La directora general de Cliente y Generación Baja en Carbono de Repsol (MC:REP), María Victoria Zingoni, ha manifestado que "la realidad nos ha puesto a todos en nuestro sitio" y es "lógico que se generen estos debates".