Fráncfort (Alemania), 13 ago (.) .- El grupo industrial alemán ThyssenKrupp (DE:TKAG) tuvo una pérdida neta atribuida de casi 2.000 millones de euros en los tres primeros trimestres de su año fiscal , casi diez veces más que un año antes (pérdida de 207 millones de euros), por la pandemia, gastos de reestructuración y de la venta del negocio de elevadores.
ThyssenKrupp informó este jueves de que semanas de paralización y el desplome de la industria automovilística han tenido un fuerte impacto en el negocio de materiales y de componentes.
Además, la división de acero europea tuvo una pérdida operativa de 841 millones de euros, once veces más que hace un año (pérdida de 75 millones de euros, tras la caída de la demanda de la industria automovilística.
La consejera delegada de ThyssenKrupp, Martina Merz, dijo al presentar las cifras que con los ingresos por la venta del negocio de ascensores podrían adoptar finalmente las medidas que faltan.
La venta del negocio de elevadores por 17.000 millones de euros ayudará a reducir deudas, asegurar los pagos de pensiones y a financiar inversiones.
La entrada de pedidos se redujo en los tres primeros trimestres del actual ejercicio, que comenzó en octubre, hasta 25.895 millones de euros (-16 %), mientras la facturación cayó hasta 27.492 millones de euros (-12 %).
ThyssenKrupp estuvo muy afectado por los efectos de la pandemia de coronavirus debido a que muchos clientes cerraron sus fábricas y por ello se paró la producción en los negocios de materias primas y componentes, que dependen mucho de la industria automovilística.
Por ello tuvo una pérdida operativa acumulada de 1.066 millones de euros, frente al beneficio de 396 millones de euros un año antes.
De esta pérdida, casi dos terceras partes se contabilizaron en el tercer trimestre fiscal, que corresponde con el segundo trimestre del calendario, cuando se produjeron las medidas de confinamiento más fuertes.
Merz dijo que ven señales de estabilización, pero las reestructuraciones que llevan a cabo y la limpieza del balance también lastrarán el resultado del cuarto trimestre.
ThyssenKrupp tuvo un flujo libre de caja negativo de 3.429 millones de euros, un 32 % más que un año antes, (-2.604 millones de euros un año antes).
También tiene una deuda neta de 8.461 millones de euros, un 66 % más elevada que un año antes.
Las divisiones que más pérdidas operativas acumuladas sufrieron fueron la automovilística (-350 millones de euros), la de tecnología para fábricas (-148 millones de euros) y la de materiales (-87 millones de euros).
Primero se desplomó la demanda en China, el mayor mercado automovilístico del mundo, en febrero y en marzo en Europa, EEUU y México por el cierre de las fábricas de grandes clientes por los confinamientos.
En China se ha producido cierta recuperación a partir de finales de abril.
Los componentes industriales bajaron el beneficio operativo hasta 71 millones de euros, menos de la mitad que hace un año, y han reducido la entrada de pedidos y facturación, aunque la entrada de pedidos en Alemania y China en el área de energía eólica es fuerte.
El negocio de ascensores tuvo un beneficio operativo de 568 millones de euros, un 3,7 % más bajo que hace un año.
Las acciones de ThyssenKrupp, que prevé pérdidas operativas en todo el ejercicio de casi 2.000 millones de euros, la mitad de ellas en el área del acero, caían un 16,2 %, hasta 6,26 euros, en el índice de medianas empresas MDAX a media jornada.