Por Markus Wacket
BERLÍN (Reuters) - El Gobierno alemán ha cedido a las presiones y rebajado los objetivos para la reducción de las emisiones de CO2 de la industria en la versión final de su plan de acción contra el cambio climático, según un documento al que tuvo acceso Reuters.
El Ejecutivo de la canciller Angela Merkel está decidido a cerrar los detalles finales esta semana para que la ministra de Medio Ambiente, Barbara Hendricks, pueda presentar el plan en la cumbre sobre el clima que se celebrará en Marruecos la semana que viene.
El Gobierno pide ahora a la industria alemana que reduzca sus emisiones de CO2 en un 20 por ciento en lugar de un 30 por ciento para 2030 en comparación con 2014, según el documento visto el viernes.
El plan establece cómo la primera economía europea espera alejarse de los combustibles fósiles y reducir las emisiones de CO2 en un 95 por ciento en 2050 para implementar los compromisos del tratado climático global rubricado en París en septiembre de 2015.
Anton Hofreiter, un líder de los Verdes alemanes, dijo que estos objetivos diluidos demuestran cómo Alemania, que una vez se consideró líder en la protección del clima, ha desviado su rumbo.
"El plan de protección del clima sigue siendo un esqueleto", dijo. "Sigue sin tener objetivos o medidas claras porque este Gobierno tiene miedo de abordar temas como más vehículos libres de CO2 en la carretera o el cierre de plantas que queman carbón".
En el nuevo plan, el objetivo de reducción de emisiones para las centrales eléctricas se redujo, aunque sólo ligeramente.
El ministro de Economía, Sigmar Gabriel, líder de los socialdemócratas (SPD) que comparten el poder con los conservadores de Merkel, bloqueó a última hora del martes un acuerdo sobre el plan inicial, destinado a reducir las emisiones de CO2 alemanas en un 55 por ciento en 2030.
Su veto inesperado se produjo después de que el sindicato IG BCE, con el apoyo del grupo industrial BDI, expresase su preocupación acerca de los planes de Alemania para poner fin al uso del lignito pardo en medio de peticiones de un calendario para terminar con la producción eléctrica a partir de carbón.
Gabriel dijo que era importante alcanzar ambiciosas políticas climáticas y energéticas que también tuvieran en cuenta la modernización, el crecimiento económico y la protección del empleo.
El documento también dejó de lado una petición anterior del Gobierno para fijar un precio mínimo en los permisos de carbono que subastan los países bajo el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS, por sus siglas en inglés) de la UE.
El ETS cobra a las centrales eléctricas y a las fábricas por cada tonelada de dióxido de carbono que emiten, pero para que las industrias no trasladen su actividad a países con regulaciones ambientales más flexibles, muchas empresas han recibido permisos de emisión gratuitamente.
El documento alemán sugiere que el 10 por ciento de las plantas más eficientes en los sectores que podrían ser vulnerables a las llamadas fugas de carbono deberían seguir recibiendo permisos gratuitos.
Actualmente, los legisladores comunitarios trabajan en reformas del mercado que reduzcan la cuota de los permisos de emisión gratuitos después de 2020 en el marco de los esfuerzos por solventar el exceso de oferta del sistema y hacer subir los precios.