Bruselas, 23 jul (EFE).- El Gobierno federal belga llegó hoy a un acuerdo para cerrar el reajuste de su presupuesto de 2015 y el proyecto presupuestario para 2016 con una importante subida del IVA y una reforma fiscal para disminuir las contribuciones a la seguridad social de los asalariados.
"La decisión a la que se ha llegado tiene como motor el empleo y el crecimiento. Trabajo, trabajo y trabajo es nuestro objetivo", señaló el primer ministro, el liberal Charles Michel, en rueda de prensa.
Tanto Michel como sus socios de la coalición de centroderecha, incluidos nacionalistas flamencos, que conforman el Gobierno, consideran que así se conseguirá el equilibrio presupuestario de cara a 2018.
En 2016 comenzará un reajuste de hasta 7.000 millones de euros con diversas reformas a lo largo de los tres años de legislatura que tiene el Gobierno por delante.
En el caso del IVA, llama la atención la subida del impuesto para la electricidad, que pasará del 6 al 21 % desde este mismo año.
También se gravará con impuestos indirectos al diesel, el tabaco, las bebidas refrescantes y el alcohol.
Igualmente será objetivo de un nuevo modelo impositivo las rentas del capital, una de las medidas más controvertidas del acuerdo entre los socios de coalición (contestada por los independentistas de la N-VA y los liberales flamencos del VLD).
Pagarán más aquellos sujetos al llamado en Bélgica impuesto "Caiman" por tener empresas, fundaciones o entidades con personalidad jurídicas en el extranjero.
La contrapartida en la reforma fiscal la tendrán las cotizaciones sociales a la seguridad social, que bajarán del 33 al 25 %.
Con ello, el Gobierno federal quiere aumentar el poder adquisitivo de los asalariados, y según dijo a la cadena pública RTBF el viceprimer ministro y titular de Exteriores, Didier Reynders, la repercusión en favor de los empleados llegará a cien euros por mes, en especial para quienes perciben salarios bajos y medios.
Añadió que el objetivo de estos presupuestos es su "saneamiento, para llegar al equilibrio presupuestario en 2018 al mismo tiempo que se apoya a las empresas y a la creación de empleo".
Tras conocerse el acuerdo dentro del gobierno de coalición, la oposición lo criticó por considerar que su contenido fiscal "queda lejos de una reforma que restablezca una justicia fiscal", según señaló a ese mismo medio la líder de Ecolo, Zakia Khattabi.
Desde las filas socialistas el diputado Ahmed Laaouej criticó que esas medidas "meten la mano en el bolsillo de los trabajadores para colocárselo en el de los empresarios", mientras que los democristianos francófonos CDH expresaron su rechazo al aumento del IVA, especialmente en la electricidad y que no se haya acometido una reforma del impuesto de sociedades.
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