WASHINGTON, 5 ago (Reuters) -El presidente Joe Biden ofreció el jueves un "refugio seguro" temporal a los residentes de Hong Kong en Estados Unidos, permitiendo a miles de personas prolongar su estancia en el país en respuesta a la represión de Pekín contra la democracia en el territorio chino.
En un memorándum firmado, Biden ordenó al Departamento de Seguridad Nacional que implementara un "aplazamiento de la deportación" de hasta 18 meses para los residentes de Hong Kong que se encuentran actualmente en Estados Unidos, alegando "razones imperiosas de política exterior".
"A lo largo del último año, la República Popular China ha continuado su asalto a la autonomía de Hong Kong, socavando los procesos e instituciones democráticas que le quedan, imponiendo límites a la libertad académica y reprimiendo la libertad de prensa", dijo Biden en el memorándum, utilizando el acrónimo de la República Popular China.
"Ofrecer un refugio seguro a los residentes de Hong Kong que han sido privados de sus libertades garantizadas en Hong Kong favorece los intereses de Estados Unidos en la región. Estados Unidos no vacilará en nuestro apoyo a la gente de Hong Kong", dijo Biden.
Se espera que la gran mayoría de los residentes de Hong Kong que se encuentran actualmente en Estados Unidos puedan acogerse al programa, según un alto cargo de la administración, pero hay ciertas condiciones legales, como que los individuos no hayan sido condenados por delitos graves.
La Casa Blanca dijo en un comunicado que la medida dejaba claro que Estados Unidos "no se quedará de brazos cruzados mientras la República Popular China incumple sus promesas a Hong Kong y a la comunidad internacional".
Las personas que reúnan las condiciones necesarias también podrán solicitar permiso de trabajo en Estados Unidos, dijo el Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, en un comunicado.
La medida es la última de una serie de acciones que Biden ha emprendido para hacer frente a lo que, según su administración, es la erosión del Estado de derecho en la antigua colonia británica, cuyo control volvió a Pekín en 1997.
En julio, el Gobierno estadounidense aplicó más sanciones a las autoridades chinas en Hong Kong, y emitió un aviso comercial actualizado en el que advertía a las empresas de los riesgos de operar bajo la ley de seguridad nacional, que China implementó el año pasado para criminalizar lo que considera subversión, secesión, terrorismo o colusión con fuerzas extranjeras.
Los críticos afirman que la ley facilita la represión de los activistas prodemocráticos y de la prensa libre en el territorio, al que Pekín había acordado permitir que operara bajo una considerable autonomía política durante 50 años después de haber recuperado el control.
China tomó represalias contra las acciones de Estados Unidos el mes pasado con sus propias sanciones a individuos estadounidenses, incluido el ex secretario de comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross.
Los senadores estadounidenses han estudiado una normativa que facilitaría que las personas de Hong Kong que temen ser perseguidas tras unirse a las protestas contra China obtengan el estatus de refugiado en Estados Unidos, y el secretario de Estado Antony Blinken ha dicho que Estados Unidos debería aceptar a las personas que huyen de la represión de Hong Kong.
(Reporte de Susan Heavey, editado por Franklin Paul, traducido por José Muñoz)