(Embargado hasta las 10.00 GMT del sábado 26 de junio)
Washington, 26 jun (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama,
instó hoy al Congreso a que apruebe la mayor reforma financiera en
el país desde la Gran Depresión, y abogó por imponer una cuota a los
bancos que se beneficiaron del plan de rescate federal durante la
crisis financiera.
"Todavía tratamos de salir de una crisis económica que ocurrió
principalmente porque no había una supervisión suficientemente
fuerte de Wall Street. No podemos construir una economía fuerte en
EE.UU. a largo plazo sin poner fin al statu quo, y sentar los
cimientos para el crecimiento y prosperidad", dijo Obama durante su
acostumbrado discurso radiofónico de los sábados.
El mandatario grabó el mensaje antes de viajar a Toronto para
participar, junto a otros líderes mundiales, en las cumbres del G8 y
G20.
En Toronto, continuó, "espero que podamos avanzar en los
progresos logrados en las cumbres del G20 del año pasado, al
coordinar nuestros esfuerzos por una reforma financiera global" para
conjurar más la crisis.
Según Obama, el acuerdo alcanzado el viernes por ambas cámaras
del Congreso traerá más transparencia al entramado financiero del
país, sobre todo en el complejo mercado de derivados -que mueve 600
billones de dólares-, y aumentará las protecciones financieras de
los consumidores.
La reforma financiera también pondrá en marcha la llamada "regla
Volcker" para asegurar que, en busca de ganancias, los bancos
protegidos por una red de seguridad como la Corporación Federal de
Seguros de Depósitos (FDIC, en inglés) no puedan realizar
operaciones de riesgo.
Sin embargo, Obama consideró que, más allá de estas reformas,
Estados Unidos también debe atender una tarea inconclusa respecto a
los bancos que recibieron ayuda a través de un rescate financiado
por los impuestos de los contribuyentes.
"Necesitamos imponer una cuota a los bancos que fueron los
mayores beneficiarios de la asistencia de los contribuyentes en la
peor parte de nuestra crisis financiera, para que podamos recuperar
cada centavo de ese dinero", afirmó el mandatario.
El acuerdo sobre la reforma supone una importante victoria para
Obama, que quiere demostrar en Toronto que Estados Unidos hace algo
concreto para evitar las crisis financieras con impacto global.
La reforma, en la cual el Congreso ha trabajado un año, afectará
una gama muy amplia de transacciones financieras desde las compras
con tarjeta de crédito hasta las operaciones más complejas con
títulos y acciones en Wall Street.
Según fuentes legislativas, ambas cámaras del Congreso preven
someter a votación la próxima semana el paquete definitivo de la
reforma financiera, que afronta gran oposición de líderes
republicanos.
Sin embargo, los legisladores aún no han divulgado la fecha para
las votaciones.
De ser aprobada en el Congreso, se prevé que Obama firme la
reforma financiera para el próximo 4 de julio, fecha en que los
estadounidenses conmemoran el Día de la Independencia. EFE