Por Suleiman Al-Khalidi
AMÁN (Reuters) - El Ejército sirio intensificó los bombardeos aéreos en un valle al noroeste de Damasco, en una ofensiva que comenzó la semana pasada y que busca recapturar un área estratégica en la que se encuentra un manantial que provee la mayor parte del suministro de agua de la capital, dijeron el martes rebeldes y residentes.
Agregaron que el Ejército atacó con artillería y bombardeó varios pueblos en el valle Wadi Barada, a unos 18 kilómetros al noroeste de la capital, en una importante ofensiva que comenzó el viernes. Los caminos que llevan a los pueblos en el valle y las montañas en torno al área están bajo control de los Guardias de la República y el grupo libanés chií Hezbolá, añadieron.
Los residentes dijeron que los combates del lunes se concentraron en la aldea de Baseimeh, en el límite del valle donde el Ejército y sus aliados buscar avanzar a través de un enclave de 10 aldeas habitadas por unas 100.000 personas.
Los rebeldes dijeron que el Ejército se vio animado después de que obtuvo el control total de la ciudad de Alepo y que buscaba obligarlos a abandonar la zona o enfrentarse a una guerra abierta.
"Ellos buscan obligarnos a un acuerdo de rendición y nosotros no les entregaremos nuestra tierra", dijo Abu al Baraa, comandante del grupo rebelde Ahrar al Sham, que tiene presencia en la zona.
A través de una serie de los llamados acuerdos de asentamientos y ofensivas del Ejército, el Gobierno sirio, apoyado por la fuerza aérea de Rusia y milicias que cuentan con el respaldo de Irán, ha sofocado firmemente a la oposición armada en torno a la capital.
Además del manantial en Wadi Barada, en el área existe un camino que va desde Damasco a la frontera libanesa, utilizado como línea de suministros por el poderoso grupo Hezbolá, que participa en los enfrentamientos apoyando al Ejército del presidente sirio, Bashar al-Assad.
Un residente y rebeldes dijeron que los bombardeos aéreos dejaron fuera de servicio a la principal estación de bombeo de agua del manantial Ein al Fija, donde opera un conducto subterráneo que brinda cerca de un 65 por ciento del agua que consumen los vecindarios de la capital.
Rebeldes y residentes dijeron que los bombardeos han dejado 14 civiles muertos y golpearon una clínica médica y a una unidad de la defensa civil en la zona, que ha sido sitiada y tiene acceso limitado a alimentos y combustibles.
El Ejército dijo que está atacando a "terroristas".