Por Toby Sterling
ÁMSTERDAM (Reuters) - La campaña electoral en Holanda comenzó el miércoles con el líder antimusulmán Geert Wilders como favorito en unos comicios que pondrán a prueba el sentimiento anti-establishment que llevó a la salida de Reino Unido de la Unión Europea y a la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Wilders, euroescéptico y defensor de Trump, ha calificado los comicios legislativos del 15 de marzo como el inicio de una "Primavera patriótica" en Europa, donde los votantes alemanes y franceses irán a las urnas en mayo y septiembre.
Wilders y su Partido por la Libertad han liderado los sondeos de opinión durante buena parte de los últimos dos años, pero el fragmentado panorama político significa que es inevitable un gobierno de coalición con cuatro o más partidos.
Su principal rival, el primer ministro Mark Rutte del partido conservador VVD, confía en la fortaleza de la recuperación económica para restaurar la popularidad perdida durante los años de austeridad de 2012-2014.
Los dos anunciaron el miércoles que se medirán en un debate televisado el 13 de marzo.
Se espera que Wilders consiga el 20 por ciento de los votos, frente al 16 por ciento de Rutte. Para formar gobierno se requiere una mayoría simple, pero todos los partidos, salvo uno, han descartado compartir el poder con Wilders, cuyas políticas son vistas por muchos como ofensivas y en ocasiones inconstitucionales.
Hay 31 partidos compitiendo por votos, y 14 de ellos probablemente obtendrán al menos un escaño de los 150 del Parlamento.
"La abrumadora mayoría de los holandeses básicamente no le votarán (a Wilders)", dijo Kristof Jacobs, profesor de la Universidad de Radbout en Nijmegen.
NO "NEXIT"
Es improbable que una victoria de Wilders lleve a que Holanda abandone la Unión Europea, cierre las fronteras a los inmigrantes musulmanes o reinstaure el florín como moneda, políticas que sólo su partido respalda.
En diciembre, Wilders fue condenado por incitar a la discriminación por encabezar los cánticos de sus seguidores que gritaban "¡Menos! ¡Menos! ¡Menos!" marroquíes en el país.
Un estudio publicado por el Ministerio de Asuntos Sociales el martes halló que hasta el 40 por ciento de los turcos y marroquíes del país no sienten que pertenezcan al país o que sean aceptados.
Si el PVV de Wilders gana pero es incapaz de formar gobierno, Rutte tratará de forjar una coalición de centro con varios partidos que comparten poco más que la oposición a Wilders.
En ese caso "continuaremos dirigiendo el país hasta que haya una nueva coalición", dijo el ministro de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, el martes, descartando que la situación pueda durar "años".
Holanda, con 17 millones de habitantes que dependen fuertemente del comercio exterior, rechazó en 2005 la Constitución Europea y el año pasado también votó en contra del tratado para buscar estrechar lazos con Ucrania.
Un sondeo de Motivaction mostró el martes que más del 61 por ciento de los encuestados consideraban que los políticos holandeses eran "elitistas, poco fiables y nada honrados".
En torno al 37 por ciento de los probables votantes dijeron que no habían decidido aún su voto.
"Me es difícil tomar una decisión", dijo Renee Keijzer, de la localidad de Volendam. "Ha ocurrido tanto en el mundo que es difícil posicionarse correctamente", añadió.