Por Padraic Halpin
DUBLÍN (Reuters) - El papa Francisco llegará el sábado a Irlanda para encontrar una sociedad transformada desde la última visita pontificia hace 39 años y golpeada por el tipo de escándalos sobre abusos que han sumido nuevamente a la Iglesia Católica en una crisis.
Más de tres cuartos de los irlandeses viajaron a ver al papa Juan Pablo II en 1979 en un momento en el que el divorcio y la anticoncepción eran ilegales. Hoy, Irlanda no es incondicionalmente católica y durante los últimos tres años los votantes aprobaron el aborto y matrimonio de parejas del mismo sexo en referendos, desafiando la voluntad de la Iglesia.
Algunos esperan que la cantidad de gente que se agrupe en las calles o se sume en oración al Santo Padre alcance a apenas un cuarto de los 2,7 millones que recibieron a Juan Pablo II, lo que mostraría cómo los escándalos por abusos de menores que se conocieron en la década de 1990 han minado al catolicismo irlandés.
"La Iglesia Católica sigue siendo una parte grande de nuestra sociedad, pero no el centro como lo era hace 40 años", dijo a la BBC el primer ministro Leo Varadkar, quien el año pasado se convirtió en el primer líder homosexual de Irlanda.
"Irlanda se ha convertido en un lugar muy diferente en los últimos 40 años y nuestra relación con la Iglesia ha cambiado principalmente debido a las muchas revelaciones que han surgido sobre el abuso sexual a menores", agregó.
Varadkar, quien comentó cómo sus predecesores habrían consultados a los obispos sobre políticas públicas en las décadas pasadas, se reunirá con Francisco al inicio de la visita de dos días y ha prometido instar al Sumo Pontífice para que haga más para enfrentar la crisis sobre abusos.
Francisco, quien enfrenta crisis por abusos sexuales en varios países, escribió una carta sin precedentes a todos los católicos esta semana en la que pidió que todos ayuden a desterrar esta "cultura de muerte" y prometió que no habría más encubrimientos.
El Santo Padre viajará a Knock, un pequeño pueblo en el oeste del país profundamente católico que recibe a 1,5 millones de peregrinos cada año, antes de terminar su viaje oficiando una misa en el Phoenix Park de Dublín, donde se levantó una enorme cruz para la visita de 1979 que aún domina el horizonte.
Los supervivientes de los abusos y sus simpatizantes planean reunirse en otra zona de Dublín durante la misa, en tanto, una vigilia silenciosa se realizará en el lugar de un antiguo hogar de la Iglesia para madres solteras donde se halló una tumba sin nombre con los restos de cientos de bebés en 2014.
(Información de Padraic Halpin; Editado en Español por Ricardo Figueroa)