Por David Lawder
WASHINGTON (Reuters) - Un informe independiente previsto para el lunes sobre el coste del plan republicano que pretende sustituir la ley sanitaria conocida como "Obamacare" en Estados Unidos podría endurecer la oposición al mismo, acumulándose los obstáculos que afronta el primer gran esfuerzo legislativo del presidente Donald Trump.
Se espera que la Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO), que ofrece estimaciones oficiales del impacto presupuestario de los proyectos de ley, concluya que la propuesta republicana dará lugar a menos estadounidenses con seguro médico que bajo la Ley para la Protección de Pacientes y Cuidados de la Salud Asequibles, conocida como "Obamacare", que ha marcado la agenda interior del expresidente demócrata Barack Obama.
Días antes de ser investido en enero, Trump prometió "seguro para todos" en su sustitución del "Obamacare".
El presidente de la Cámara de los Representantes de Estados Unidos y principal promotor del plan sanitario republicano en el Congreso Paul Ryan admitió en el programa de CBS "Face the nation" el domingo que las estimaciones de la CBO probablemente mostrarían una caída en la cobertura sanitaria porque la nueva legislación tumbaría una cláusula del "Obamacare" que obligaba a los estadounidenses a tener un seguro médico o pagar una multa.
"Estoy seguro de que pasará una cosa, que la CBO dirá: 'Oh, no tanta gente va a tener cobertura médica'", dijo Ryan. "¿Sabes por qué? Porque no es un mandato del Gobierno".
Ryan añadió que la propuesta republicana bajaría los costes de la asistencia médica y permitiría a más gente conseguir cobertura sanitaria si la quisieran.
Dijo que esperaba el informe de la CBO para el lunes o martes.
El plan republicano en la Cámara de los Representantes también haría retroceder la expansión de la cobertura médica para los pobres y sustituiría las ayudas de Obama basadas en los ingresos por un sistema de créditos fiscales fijos para ayudar a que se compren seguros privados en el mercado libre.
La agencia de rating Standard & Poor ha estimado que de 6 a 10 millones de personas podrían perder su cobertura sanitaria según el plan republicano.