Por Patrick Markey y Abdelaziz Boumzar
MOSUL, Irak (Reuters) - Las fuerzas gubernamentales iraquíes mataron el martes al comandante de Estado Islámico en la Ciudad Vieja de Mosul, mientras la batalla por el último bastión de los militantes en Irak se centraba en un puente sobre el río Tigris.
Los combates se intensificaron el martes, tras las fuertes lluvias del día previo, y los civiles salían con frío y hambre de los vecindarios occidentales recapturados por el Gobierno, pero aliviados por haberse liberado del control yihadista.
Francotiradores del Estado Islámico ralentizaban el avance de las unidades de Respuesta Rápida del Ministerio del Interior en el Puente de Hierro que une el oeste y el este de Mosul, pero las fuerzas de élite seguían avanzando poco a poco, dijeron responsables. Durante gran parte del día, las tropas estuvieron a 100 metros del puente.
Las fuerzas gubernamentales entraron también en varias zonas del oeste de Mosul, último reducto de los islamistas en la ciudad, que ha sido la capital de facto de su autodeclarado califato.
La policía federal mató al comandante militar de la Ciudad Vieja, Abu Abdul Rahman al-Ansary, durante las operaciones para limpiar el distrito de Bab al-Tob, indicó un responsable del cuerpo. Ante la retirada previa de Mosul de muchos líderes de Estado Islámico, la muerte de Ansary supuso un revés para los militantes, que defienden el área bajo su control -cada vez más pequeña- calle por calle y casa por casa.
La captura del Puente de Hierro implicaría que las fuerzas iraquíes tienen ya en su poder tres de los cinco puentes sobre el Tigris que hay en Mosul, todos ellos dañados por los militantes y los bombardeos aéreos liderados por Estados Unidos. Los dos que hay más al sur ya fueron recuperados.
"Seguimos moviéndonos hacia el Puente de Hierro. Estamos eliminando a los francotiradores escondidos en el edificio circundante, seguimos avanzando hacia el Puente de Hierro", declaró a Reuters el general de brigada Mahdi Abbas Abdullah, de la fuerza de Respuesta Rápida.
Desde el comienzo de la ofensiva en octubre, las fuerzas iraquíes han retomado -con el apoyo de la coalición liderada por Estados Unidos- el este de Mosul y cerca del 30 por ciento del oeste de manos yihadistas, que son menos pero defienden con fiereza su último bastión en Irak.