Por Michel Rose y Marine Pennetier
PARÍS (Reuters) - Un nuevo capítulo se abrió el domingo en la disputada carrera presidencial francesa, mientras los socialistas celebran primarias para elegir a su candidato y los conservadores luchaban para mantener controlado un escándalo de campaña.
Las urnas abrieron a las 0800 GMT para elegir al candidato socialista de entre el ex primer ministro Manuel Valls y el abogado Benoit Hamon.
François Fillon - elegido como candidato conservador el año pasado por su partido pero dañado por un escándalo abierto la semana pasada por una información de prensa que decía que su mujer cobró por un empleo ficticio- iba a realizar un acto en las afueras de París.
Hamon es favorito para vencer a Valls en la votación socialista, pero ninguno de ellos tiene demasiadas opciones de ganar la carrera presidencial después de cinco años de un impopular gobierno socialista.
Hasta que Fillon tropezó con el escándalo laboral de su mujer inglesa Penelope, que supuso la apertura de una investigación oficial, era el favorito para ganar las elecciones.
Los sondeos de opinión mostraban a Fillon ganando a la candidata del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN) Marine Le Pen en segunda vuelta el 7 de mayo con dos tercios del voto.
Desde entonces los sondeos de popularidad han mostrado una bajada para él, aunque no ha habido sondeos sobre intención de voto desde que afloró el escándalo.
Sea cual sea el candidato socialista que gane el domingo, los sondeos de opinión muestran que está abocado a un humillante quinto puesto en la primera ronda electoral el 23 de abril, por detrás de Fillon, Le Pen, el centrista Emmanuel Macron, y el izquierdista rebelde Jean-Luc Melenchon que evitó las primarias.
Sin embargo, la votación del domingo es importante para el resultado final y el propio futuro del Partido Socialista, dividido por un alto paro tras cinco años de gobierno y la impopularidad entre sus votantes por el giro político más favorable a las empresas del presidente François Hollande.
Una victoria del izquierdista Hamon, que quiere dar una "renta universal" a todos los ciudadanos con un coste de 350.000 millones de euros e imponer un impuesto a los robots, impulsaría las oportunidades de Macron al poner a los apoyos del centroizquierdista Valls en los brazos del ex banquero de inversión.
Hamon, exministro de educación, fue expulsado del Ejecutivo de Valls en 2014 por diferencias en la política económica.
Macron era el ministro de Economía de Valls hasta que dimitió el año pasado para lanzar su propia campaña presidencial.
Sin embargo el no es miembro del partido socialista y desdeñó las primarias socialistas para liderar su propio movimiento político centrista.
Los últimos sondeos muestran que pisa los talones de Fillon y Le Pen.
Una victoria de Hamon tentaría a los socialistas moderados a inclinarse por Macron. También podría desencadenar una ruptura del partido socialista, según analistas.
OFENSIVA DE FILLON
Fillon buscaba recuperar el control de su campaña el domingo con una entrevista en el diario Journal du Dimanche.
Los escándalos contra los principales candidatos podrían terminar impulsando a Le Pen al poder, dijo.
"Si seguimos destruyendo candidatos creíbles a las elecciones presidenciales, así es como acabará", dijo Fillon al diario.
Fue el semanario satírico Le Canard Enchaine el que hizo tambalear su campaña la semana pasada, con una información que dijo que su mujer había recibido un total de unos 600.000 euros por un empleo pos su parte y por la de su sucesor en el Parlamento, y después como crítica literaria para una publicación cultural.
Fillon no ha negado las cifras, pero sí que los empleos fueran falsos, diciendo que su mujer revisaba sus discursos desde hace años y preparaba dosieres de prensa.
Añadió que no abandonaría su candidatura a menos que fuera puesto bajo una investigación formal.
Los investigadores registraron la semana pasada la sede de la publicación cultural que empleó a Penelope Fillon. También se llevaron archivos sobre François Fillon del regulador anticorrupción francés.