Por Inmaculada Sanz
MADRID (Reuters) - El presumible anuncio de la presidenta andaluza, Susana Díaz, de que optará a la secretaría general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) esta primavera aviva la batalla por dirigir una formación que ha sufrido en los últimos dos años sus peores resultados electorales en décadas.
Díaz emplazó el lunes a la prensa al día 26 de marzo "para cuestiones de partido", después de que varios medios informaran de que ese día anunciará que se medirá al ex secretario general Pedro Sánchez y al del exlehendakari Patxi López, que llevan ya semanas recorriendo España para ganarse apoyos entre los 180.000 militantes del partido.
La favorita para hacerse con la dirección del PSOE, cargo que pretende compatibilizar con la presidencia de Andalucía, parece haber adelantado su decisión al constatar el fuerte respaldo que exhibe en sus convocatorias Sánchez, bajo cuyo mandato el PSOE perdió casi dos millones de votos en las urnas.
"El PSOE es mi pasión. Tengo fuerza, tengo ilusión, tengo ganas, estoy animada y me encanta ganar", dijo Díaz, de 42 años, en un acto reciente en Andalucía, donde el PSOE cuenta con su tradicional granero de votos y la federación socialista más potente.
Vinculada a la política desde 1999, Díaz - a la que apoyan los expresidentes del Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero - se convertiría de ganar en la primera mujer que lidera un partido político en España.
"Susana Díaz merece todo mi respeto, pero está muy bien como presidenta de Andalucía. Pedro Sánchez es el candidato capaz de devolver la ilusión", dijo el lunes la diputada y jurista Margarita Robles, uno de los pocos apoyos con los que Sánchez cuenta en la bancada socialista, en Onda Cero.
Algo alejado de la pugna entre los que se perfilan como principales aspirantes, Patxi López se presentó el domingo como alternativa para unir al partido frente a los que pretenden "construir su victoria" sobre un "PSOE roto y dividido".
LA CANDIDATA DEL APARATO
Considerada la candidata del "aparato" y de la gestora que quedó al frente del PSOE tras la marcha de Sánchez, está por ver si Díaz es capaz de superarle en las primarias de mayo, para las que él se erige como adalid del giro a la izquierda de un partido que con su abstención permitió un gobierno conservador en octubre.
"Vamos a darle la vuelta al PSOE con los votos de los andaluces", dijo Sánchez el domingo en un multitudinario acto en Cádiz, en el que contó con el apoyo en vídeo de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, de origen gaditano.
Aupado por la propia Díaz a la secretaría general en 2014, Sánchez fue defenestrado el año pasado por una corriente cercana a la política andaluza partidaria de permitir un segundo mandato de Mariano Rajoy para acabar con diez meses de estancamiento político tras dos elecciones no concluyentes.
Al frente de la comunidad autónoma más poblada, pero también la que tiene más desempleo, Susana Díaz ha antepuesto hasta ahora su labor en Andalucía a la política nacional, asegurando que su puesto estaba en una comunidad en la que el PSOE gobierna desde 1978.
Pese a su intención de seguir al frente del Gobierno de Andalucía, algo que respalda la gestora que dirigirá el partido hasta el Congreso de junio, le será difícil compatibilizar la Junta con la dirección del PSOE y una eventual candidatura a la presidencia del Gobierno.
"Los socialistas andaluces no le hemos fallado nunca a España (..) Andalucía y España nos necesitan", dijo Díaz la semana pasada en Sevilla.