Por Inmaculada Sanz
MADRID (Reuters) - La Generalitat y los partidos que apoyan la celebración de un referéndum de autogobierno en Cataluña entraban el lunes en una semana crucial en las conversaciones sobre el futuro inmediato de la región, cuando se acaban los plazos para mantener la convocatoria de una consulta que Madrid considera ilegal.
El propio Gobierno catalán estableció el 15 de octubre como fecha tope para que los partidos que respaldaron el referéndum del 9 de noviembre - CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP - decidan si desafiar la suspensión decretada el mes pasado por el Tribunal Constitucional a petición del Ejecutivo central.
"Cataluña está determinada a canalizar sus inquietudes por la vía pacífica, por la vía legal y por la vía democrática y el 9 de noviembre lo vamos a conseguir... o lo conseguiremos en una fecha posterior", dijo el lunes el conseller de empresa del Govern, Felip Puig, dejando abierta la puerta a que el referéndum no se celebre.
Dado que es poco probable que el Tribunal Constitucional dicte sentencia antes de un mes, los analistas plantean tres escenarios: una consulta al margen de la ley, un aplazamiento de la misma o unas elecciones plebiscitarias.
El Consejo Asesor para la Transición Nacional, órgano que ha asesorado al Gobierno catalán, coincide con la mayoría de los observadores en que la opción más factible son unas elecciones plebiscitarias en las que una sociedad catalana mayoritariamente frustrada optaría por formaciones independentistas.
"Para que no se produzca una desmovilización y una frustración colectiva, habrá que explicar lo antes posible los próximos pasos a seguir, incluso las elecciones plebiscitarias", dijo el presidente del Consejo Asesor para la Transición Nacional, Carles Viver i Pi-Sunyer, en declaraciones a Catalunya Radio.
ABOCADO A UNAS ELECCIONES
Las formaciones proconsulta retomarán las negociaciones para pactar una respuesta antes del miércoles, pero las posiciones parecían encontradas al insistir los independentistas de ERC en la desobediencia civil y en sacar las urnas a la calle el 9 de noviembre.
De este modo, el presidente Mas parecía encontrarse en un callejón sin salida, después de haber apostado políticamente por consultar a los catalanes su relación con España ante el auge del sentimiento independentista en los últimos años y ahora verse casi abocado a poner fin a un mandato que no acaba hasta 2016.
Según un reciente sondeo de Metroscopia para El País, si hoy hubiera elecciones, Esquerra Republicana de Catalunya lograría un 19,2 por ciento de los votos, frente a una Convergència i Unió en declive (el 14,8% frente al 21,2% que les dio el poder en 2012) por delante del PSC (9,2%) y Podemos, la formación minoritaria de izquierdas que con un 6,2% estaría cerca de disputar a los socialistas ser la tercera fuerza del Parlament.
Inflexible con la opción del referéndum, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se ha abierto a dialogar con el Ejecutivo de Cataluña, una región que supone una cuarta parte de la economía española y en la que la mayoría de sus habitantes sienten que aportan a España más de lo que reciben de ella.
"Es necesario abandonar unas actitudes y reforzar otras. Abandonar, por ejemplo, imposiciones y órdagos, buscar soluciones realistas y atender a un signo de los tiempos que —en el mundo y, muy notablemente, en Europa— pasa por más y mejor integración", dijo Rajoy en una carta abierta a los catalanes en el diario El País el domingo.
Rajoy y Mas, cuyas relaciones se enconaron hace dos años tras la negativa de Madrid a negociar un pacto fiscal para Cataluña, se vieron por última vez en julio, cuando el presidente catalán planteó a Rajoy más de una veintena de propuestas sobre economía, finanzas públicas e infraestructuras para la región del noreste de España.
El presidente del Gobierno español se mostró dispuesto a volver a "sentarse a hablar" con el líder convergente pero "siempre que sea para algo", dijo Rajoy a los periodistas durante la celebración de la Fiesta Nacional del 12 de octubre, según recogen el lunes varios medios.