Por Madeline Chambers
BERLÍN (Reuters) - Los políticos de la coalición de gobierno en Alemania, en respuesta al atentado de la semana pasada en Berlín, pidieron dar más poder al Estado para deportar a demandantes de asilo potencialmente peligrosos que no hayan sido aceptados en el país, llegando algunos a pedir un refuerzo de la vigilancia.
Tras el atentado contra un mercado navideño en el que murieron doce personas, la canciller Angela Merkel, cuya política migratoria abierta pone a Alemania en peligro, según los críticos, prometió introducir nuevas normas en caso de ser necesario.
El supuesto agresor, el tunecino de 24 años Anis Amri, era demandante de asilo que había evitado la deportación tras ser rechazada su solicitud. Murió por los disparos de la policía italiana el viernes.
Los aliados conservadores de Merkel en el estado de Baviera, el CSU, pidieron más poderes para la policía y las agencias de inteligencia y una mejora del intercambio de datos entre ellos.
"Necesitamos nuevas bases para arrestar a personas peligrosas", dijeron en un documento visto por Reuters y titulado "Seguridad para nuestra libertad", que abordarán en una reunión de partido a principios del próximo mes.
El texto dice que los organismos de inteligencia deberían poder dar seguimiento a individuos desde los 14 años para evitar su radicalización, y pide más capacidad para detener a personas que tengan que ser deportadas. Unos 550 individuos están registrados en Alemania como potencialmente violentos.
Los sondeos muestran que la férrea oposición alemana a la vigilancia estatal, legado del amplio seguimiento en la Alemania comunista y en el nazismo, puede estar cayendo.
Mientras que varios políticos ecologistas han argumentado desde el atentado de Berlín que la vigilancia por vídeo en los lugares públicos no es la respuesta a los problemas de seguridad del país, un sondeo de YouGov mostró que el 60 por ciento de los alemanes lo aprueban.
El número dos de los socialdemócratas del SPD, socio minoritario en la coalición de gobierno de Merkel y que tradicionalmente es más reacio a asuntos de seguridad, también pidió la detención antes de la deportación para algunos demandantes a los que no se haya dado el asilo.
"Debemos asegurarnos de que las personas peligrosas no tengan la posibilidad de desaparecer", dijo Ralf Stegner a Die Welt. "Cualquiera que ponga en riesgo la seguridad no puede tener la posibilidad de estar en paradero desconocido".
La presión sobre Merkel también se da en otros frentes, como el de sellar acuerdos con países norteafricanos para la repatriación de sus ciudadanos - uno de los obstáculos para expulsar a Amri a Túnez, que se negó a aceptarle.
Sin embargo, Merkel, que aspira a un cuarto mandato en las elecciones federales del año próximo, sigue siendo la mejor esperanza para el futuro, en opinión de muchos votantes.
Un sondeo de Emnid mostró que el 56 por ciento de los alemanes cree que puede resolver los principales problemas del país, una puntuación más elevada que la de cualquier otro político.