23 mar (Reuters) - El número de personas que solicitaron asilo por primera vez en la Unión Europea se disparó un 28% hasta superar el medio millón el año pasado, según datos publicados por la oficina de estadística del bloque el miércoles.
Las cifras se mantuvieron muy por debajo de los picos de 2015-16 que siguieron al estallido de la guerra en Siria, pero Europa se prepara para un nuevo aumento, ya que la invasión rusa de Ucrania ha obligado a más de 3,5 millones de personas a huir hacia territorio comunitario en menos de un mes.
Eurostat informó de 535.000 primeras solicitudes de asilo de ciudadanos extracomunitarios en el conjunto de los 27 países del bloque, alcanzando un nivel similar al registrado en 2014.
Los ciudadanos sirios han presentado la mayor parte de las solicitudes desde hace casi una década, representando un 18% del total el año pasado, seguidos por los ciudadanos afganos, con un 16%, y los iraquíes, con un 5%.
Las solicitudes de asilo de ciudadanos afganos se dispararon en torno un 90% respecto al año anterior, tras la toma del país por los talibanes en agosto, mientras que las solicitudes de ciudadanos sirios e iraquíes aumentaron en más del 50%.
Por su parte, las solicitudes de ciudadanos colombianos descendieron un 55%, las de venezolanos un 43% y las de rusos un 20%.
Alrededor de un tercio de los solicitantes fueron menores de 18 años. Entre los mayores de 65 años, las mujeres superaron a los hombres, aunque en el conjunto de los grupos de edad representaron menos de uno de cada tres solicitudes de asilo.
Alrededor del 28% de quienes solicitaron asilo por primera vez lo hicieron en Alemania, seguida de Francia, España, Italia y Austria, que en conjunto representaron las tres cuartas partes de todas las solicitudes de la UE.
Sin embargo, Chipre registró con diferencia el mayor índice de solicitantes por millón de habitantes, más del triple que Austria, que registró el segundo más alto.
Según Eurostat, a finales del año pasado quedaban pendientes casi 759.000 solicitudes.
(Reporte de Dina Kartit y Sarah Morland; edición de Alex Richardson; traducción de Darío Fernández)