ADÉN/SANÁ, 5 abr (Reuters) - Aqeel bin Thabet, profesor universitario de la ciudad yemení de Adén, solía comprar una o dos ovejas para comer durante el mes de ayuno musulmán del Ramadán, pero debido a la subida de los precios este año sólo puede permitirse comprar carne a un carnicero una vez a la semana.
Otros habitantes de la ciudad, como Intisar Ahmad, de 50 años, dijeron que tendrán que renunciar a la carne y a los dulces y que se conformarán con "lo que puedan para llenar sus estómagos".
Ahmad dijo que el precio de los sacos de 50 kg de azúcar y harina blanca en Adén se ha disparado un 40% en menos de un mes.
Siete años de guerra en Yemen han dividido al país entre el área controlada por el grupo insurgente de los hutíes, al norte, y la controlada por el Gobierno reconocido internacionalmente, que ahora tiene su sede en la ciudad sureña de Adén tras ser forzado por los hutíes a abandonar en 2014 la capital yemení, Saná.
La guerra ha provocado la hambruna de millones de personas y el desplome de la moneda en el sur de Yemen, mientras que la escasez de combustible en el norte han puesto los alimentos y otros bienes más allá del alcance de la mayoría de los ciudadanos.
La observación del Ramadán requiere de la abstención de comer y beber durante el día, siendo tradición que los musulmanes rompan el ayuno con grandes comidas después de la puesta de sol.
"El Ramadán de este año es diferente a todos los años (anteriores), (se ha producido) un aumento desbocado de los precios", dijo Wael al-Sulwi en la capital, Saná, donde los hutíes derrocaron al Gobierno en 2014.
El acceso al combustible ha sido cada vez más difícil en todo Yemen, pero especialmente en las zonas controladas por los hutíes, debido al bloqueo impuesto por la coalición liderada por Arabia Saudí que apoya al Gobierno contra el grupo insurgente.
En Adén, el riyal ha caído un 20% frente al dólar desde enero. Yemen tiene dos bancos centrales que compiten entre sí, por lo que el valor del riyal difiere según la región.
El profesor Thabet, que tiene cinco hijos, dice que su salario mensual equivalía a 1.200 dólares hace unos años, pero que ahora vale 250 dólares.
"¿Quieren empujar al país a la hambruna total, que ahora está llamando a la puerta de muchas familias acomodadas?", dijo enfadado, criticando al Gobierno y a los comerciantes
Una tregua de dos meses entre las partes en conflicto, que comenzó el sábado, pretende traer algo de alivio al permitir los envíos de combustible a las zonas bajo control hutí.
Pero el impacto aún no se ha notado.
"La gente está muy machacada, y hay personas que no pueden comprar lo básico para el mes de Ramadán, y esto es una catástrofe", dijo Ahmad Sumay, profesor de la Universidad de Saná.
(Reporte de Reyam Mokhashef en Adén y Adel Al-Khader, Abdulrahman Al-Ansi y Khaled Abdullah en Sanaa; eedacción de Ghaida Ghantous; edición de Christian Schmollinger; traducción de Darío Fernández)