PARÍS (Reuters) - Actriz en movimiento e icono a su pesar, Jeanne Moreau, cuyo fallecimiento a los 89 años se conoció el lunes, encarnó en la pantalla una exigencia y sensualidad que permitieron a una generación de realizadores transformar el cine.
Esta intérprete formada en el teatro clásico fue una de las musas de la Nouvelle vague francesa en los años 50 y 60 y se aseguró un lugar en el cine extranjero gracias a su buen inglés, la lengua de su madre.
Primero juzgada por ser poco fotogénica en los estudios donde primaban las convenciones anticuadas, fue la elegida por directores como Louis Malle, François Truffaut, Orson Welles, Luis Buñuel o Joseph Losey.
Estos creadores, en los que apreció la precisión y rigor que ella tenía, afinaron con ella las nociones del personaje y de la interpretación.
Una gran actriz se distingue de otra por "el compromiso absoluto y la alquimia, cualquier cosa que no se explique", declaró a Paris Match (ST:SWMA) en 2008.
"Hay personalidades que ellas solas parecen resumir su arte. Jeanne Moreau fue una de ellas", dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, en un comunicado.
"Con ella, desaparece una artista que encarnaba el cine en su complejidad, su memoria, su exigencia", añadió.
Moreau tuvo que enfrentar escándalos suscitados por el erotismo de películas como "Les Amants" (Malle, 1958) y a ella siguieron títulos como "Liaisons dangereuses" (Vadim, 1959), "Le journal d'une femme de chambre" (Buñuel, 1964) y "Valseuses" (Bertrand Blier, 1973).