KIEV (Reuters) - Cinco soldados ucranianos han fallecido en las últimas 24 horas en el conflicto en el este del país, dijeron el martes los militares, mientras el ministro de Exteriores de Alemania se preparaba para mantener conversaciones sobre la crisis tanto en Kiev como en Moscú.
El viaje de Frank-Walter Steinmeier será una de las primeras visitas de un alto cargo alemán a Moscú desde que surgió la crisis en Ucrania este año, provocando una fuerte disputa entre Rusia y Occidente.
La visita de Steinmeier se produce mientras sigue habiendo violencia en el este del país y en pleno cruce de acusaciones de Kiev y Occidente de que Rusia está enviando soldados y armas a la frontera para ayudar a los rebeldes favorables a Moscú, algo que el Kremlin niega.
El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, quitó hierro a la probabilidad de que el viaje de Steinmeier tenga un impacto real en la postura rusa sobre Ucrania.
"La visita es de trabajo. Hemos acordado hablar sobre Ucrania, sobre las relaciones bilaterales, pero nadie espera ningún avance", dijo en una conferencia de prensa en la capital bielorrusa, Minsk.
Steinmeier se reunirá con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y el primer ministro Arseny Yatseniuk en Kiev antes de dirigirse a Moscú.
"En las últimas 24 horas, debido a los bombardeos y explosiones de minas, han muerto cinco soldados ucranianos y otros ocho han resultado heridos de diversa gravedad", dijo el portavoz militar Vladislav Seleznyov en Facebook.
El fuego de ambos bandos ha violado repetidamente un alto el fuego acordado el 5 de septiembre, lo que eleva el temor a que la tregua pueda desmoronarse por completo.
Más de 4.000 personas han muerto desde que surgieron las rebeliones separatistas en el este de Ucrania en abril.
La tensión entre Rusia y Occidente se ha incrementado desde que los separatistas celebraron unas elecciones el 2 de noviembre en sus autoproclamadas 'repúblicas populares' en el este de Ucrania.
Estados Unidos y la UE han impuesto sanciones en Moscú sobre su política en Ucrania, pero los 28 estados miembros de la UE están profundamente divididos sobre imponer más sanciones económicas, temiendo que las medidas y las posibles represalias rusas puedan dañar su propia economía, que depende en gran medida del suministro de gas ruso.