Por Carlos Ruano
MADRID (Reuters) - Los últimos sondeos de voto parecen haber calado hondo entre el Partido Popular y la coalición Unidos Podemos que el primer sábado de campaña volvieron a intercambiar ataques sin apenas referirse a la que ha sido en las últimas décadas primera o segunda fuerza política del país, el PSOE.
El último sondeo del estatal CIS difundido el martes augura una nueva victoria insuficiente del PP (29,2% de los votos) mientras que Unidos Podemos (25,6%) arrebataría al PSOE el segundo puesto (21,1 por ciento) y Ciudadanos seguiría cuarto con un 14,6%.
Tal vez consciente de que Podemos es el enemigo a batir, el presidente en funciones y líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, advirtió a los votantes contra "extremistas y radicales" y despreció indirectamente las opciones del PSOE.
"Solo hay dos opciones: Hay que elegir entre un gobierno encabezado por el PP o uno nucleado en torno a Podemos", dijo en un acto de campaña en Murcia con alcaldes populares.
"Apostar por un gobierno a la griega es un enorme error que le haría muchísimo daño a España", dijo mientras que el portavoz del partido en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, fue más lejos y aseguró que si Podemos llega al gobierno "planteará la salida de España del euro y de la UE", extremos que la formación morada ha negado en numerosas ocasiones.
Mientras tanto, los líderes de Podemos e Izquierda
Unida, Pablo Iglesias y Alberto Garzón, coincidían por primera vez en campaña en un gran acto en Barcelona arropados por la alcaldesa Ada Colau afirmando que quieren presidir un gobierno que "defienda a Cataluña".
El número dos de Podemos, Iñigo Errejón centró sus críticas en el Partido Popular, al que acusó de legislar en contra de Cataluña. "No nos equivoquemos de enemigo, el enemigo es el Partido Popular y sus políticas injustas... El PP se ha convertido en enemigo declarado de Cataluña", dijo Errejón en un perfecto catalán.
A escasa distancia, también en la Ciudad Condal, el candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, era abucheado por un espontáneo en un acto de su partido con gritos de "independencia" en un breve incidente fue acallado con cánticos de "yo soy español" por parte de partidarios de la formación naranja.
En su intervención, Rivera insistió en el papel que su partido podría jugar para facilitar un gobierno ante la previsible nueva falta de mayorías suficientes, al afirmar que "Ciudadanos es la única palanca de cambio".
El líder de Ciudadanos centró sus ataques no tanto en el PP como en su líder, Mariano Rajoy y quiso hacer gala de sus posiciones de centro: "El antídoto contra la intransigencia y el sectarismo es Ciudadanos".
Algo más al norte del país, en el municipio vizcaíno de Durango, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, no varió sustancialmente su discurso e insistió en responsabilizar a Podemos de la repetición de los comicios.
"Estos meses sólo he oído excusas: el referéndum, los grupos parlamentarios, los ministerios, todo para no apoyar un presidente socialista", dijo.
Cuando los sondeos auguran el peor resultado de la democracia para el partido socialista, que pasaría a ocupar el tercer puesto por detrás de la coalición de izquierdas Unidos Podemos, Sánchez ahondó en lo que gran parte de la izquierda considera el "monstruo" de las políticas conservadoras.
"Derogaremos la reforma laboral", dijo para añadir que la bonanza que han mostrado algunos indicadores recientemente no debe hacer olvidar los duros años de crisis. "Rajoy intenta hablar solo de los últimos meses, pero ninguno de nosotros olvida su gestión los últimos cuatro años".
Mucho más contundente fue el anfitrión Patxi López, quien aseguró que "Iglesias sólo quiere destruir al PSOE" al tiempo que llamó a sus bases a la movilización.
El exlehendakari y último presidente del Congreso, que según el sondeo del CIS podría incluso llegar a perder su escaño (es cabeza de lista en Vizcaya), aseguró que ni las encuestas ni las "pinzas" van a minar la moral de los socialistas y reivindicó los valores sociales de su formación.
En este sentido, Sánchez también se refirió a la necesidad de movilizar a sus votantes al señalar: "vamos a ganar estas elecciones como sabemos, calle a calle, plaza a plaza, voto a voto".