Por Matt Spetalnick y Malena Castaldi
WASHINGTON/MONTEVIDEO (Reuters) - Seis hombres que estuvieron presos durante más de una década en la cárcel de Guantánamo llegaron el domingo a Uruguay, donde podrán seguir con sus vidas como "hombres libres", en la más reciente medida del lento esfuerzo del Gobierno estadounidense por cerrar la instalación en territorio de Cuba.
El Ministerio de Exteriores uruguayo confirmó la llegada al país de cuatro sirios, un tunecino y un palestino, que llegaron a bordo de un avión militar estadounidense. Se trata del mayor grupo que abandona el campo de detención desde 2009, dijeron altos cargos estadounidenses.
"El Gobierno de la República Oriental del Uruguay recibe a seis personas que se encontraban privadas de libertad en la cárcel de la Base Naval de Bahía de Guantánamo", dijo el ministerio de Exteriores de Uruguay en un comunicado.
Uruguay no ofreció los nombres o la nacionalidad de los reclusos, amparados bajo protección internacional humanitaria, pero esta información había sido adelantada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Entre los sirios enviados a Uruguay está Jihad Diyab, que inició recientemente una acción legal contra la alimentación forzada por parte del personal militar estadounidense a los presos en huelga de hambre en Guantánamo.
El Pentágono identificó a los otros sirios como Ahmed Adnan Ahjam, Ali Hussain Shaabaan y Omar Mahmoud Faraj. También fueron liberados el tunecino Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy y el palestino Mohammed Tahanmatan.
Un responsable estadounidense dijo que Uruguay accedió a hacer "arreglos de seguridad" y que los seis serán "hombres libres". Declinó comentar si podrán viajar al extranjero.
El presidente José Mujica ha dicho que los prisioneros no serán encarcelados ni obligados a permanecer en el país, aunque no precisó si serán considerados refugiados.
Mujica, un ex guerrillero de 79 años, había reiterado el viernes en una carta abierta que también espera la liberación de prisioneros cubanos en territorio estadounidense.
La mayoría de los uruguayos no está de acuerdo con la llegada de los prisioneros, de acuerdo con un sondeo, pues los consideran una amenaza.
"A mí no me gusta nada, no digo que vengan a matarnos, pero no me da tranquilidad que estén entre nosotros", dijo Horacio Domingo, un docente de 54 años. "Son gente criada con otra cabeza, otra cultura, donde morir por Alá está bien y eso se recompensa", agregó.
DIFÍCIL GESTIÓN
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, asumió su mandato hace casi seis años con la promesa de cerrar la prisión, citando el daño que provocaba a la imagen del país en todo el mundo, dado que es condenada internacionalmente.
Sin embargo, no ha podido hacerlo, en parte debido a obstáculos presentados por el Congreso.
La llegada de los detenidos a Uruguay se retrasó por meses. El plan inicial de trasladarlos a principios de año fue, al parecer, suspendida por el Departamento de Defensa.
Las diferencias en torno al ritmo de los traslados se sumaron a los roces entre el ahora ex secretario de Defensa, Chuck Hagel, y el núcleo cercano a Obama, lo que culminó en la dimisión de Hagel el mes pasado.
La liberación del grupo fue aplazada de nuevo en agosto, cuando Uruguay comenzó a preocuparse por los riesgos políticos a nivel local antes de las elecciones presidenciales de octubre. Pero el presidente saliente Mujica presionó por el traslado.
El presidente electo de Uruguay, Tabaré Vázquez, había dicho que está de acuerdo con la llegada de los detenidos.
"Me sorprende que ya hayan llegado (...) No creo que sean una amenaza. No creo que vengan con intenciones terroristas", dijo Antonella Márquez, una estudiante de 27 años.
A su llegada a Montevideo, los seis fueron llevados a un hospital para someterse a exámenes médicos, afirmó un alto cargo estadounidense.
"Estamos muy agradecidos a Uruguay por esta importante acción humanitaria", dijo Clifford Sloan, enviado del Departamento de Estado en Guantánamo, que negoció la reubicación en enero.
"El apoyo que estamos recibiendo de nuestros amigos y aliados es fundamental para lograr nuestro objetivo compartido de cerrar Guantánamo, y esta transferencia es un gran hito", agregó.
Otros siete presos han sido trasladados de Guantánamo desde principios de noviembre, incluidos tres a Georgia, dos a Eslovaquia, uno a Arabia Saudí y otro a Kuwait.
Con las liberaciones del domingo, la población penitenciaria de Guantánamo ha sido rebajada a 136.
La cárcel fue abierta por el predecesor de Obama, George W. Bush, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, para internar a sospechosos de terrorismo capturados fuera del país.
La mayor parte han sido retenidos durante una década o más sin haber recibido acusación alguna ni haber sido sometidos a juicio.