Por Lefteris Papadimas y George Georgiopoulos
ATENAS (Reuters) - El nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, nombró el martes a su gabinete, conformado por veteranos políticos que se oponen a las medidas de austeridad, demostrando que no tiene intención de dar marcha atrás a las promesas hechas durante la campaña pese a las advertencias de la zona euro y los mercados.
Los mercados griegos vivieron el martes una segunda jornada seguida de turbulencia, con las acciones de los bancos hundiéndose y los inversores temiendo que el Gobierno, que se opone al rescate financiero, pueda chocar con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, responsables del rescate.
El partido izquierdista Syriza de Tsipras llegó al poder al ganar las elecciones del domingo tras las promesas de campaña de anular los recortes de presupuesto y renegociar la deuda griega.
Los griegos se oponen vehementemente a las políticas de austeridad respaldadas por Alemania, que han hecho crecer la pobreza en el país y dejado a uno de cada cuatro personas desempleadas.
En un gabinete en el que aparecen tanto el ala más radical como el sector la más pragmático de Syriza, Tsipras nombró al economista Yanis Varoufakis como ministro de Finanzas.
En tanto, Defensa quedó en manos de Panos Kammenos, líder del partido de derecha Griegos Independientes que conforma la coalición de Tsipras.
Varoufakis, quien abandonó un puesto en la Universidad de Texas para sumarse a la política griega en el camino a las elecciones, dijo que seguirá escribiendo un blog que ha usado para denunciar las medidas de austeridad demandadas por los acreedores de Grecia a cambio del préstamo de 240.000 millones de euros del rescate.
"Me dijeron que llegó el tiempo de callarse", escribió en su blog. "Mi plan es desafiar ese consejo".
El nuevo gabinete incluye abogados, profesores y algunos periodistas. Yannis Dragasakis asume el cargo de viceprimer ministro y se espera que supervise los asuntos económicos del Gobierno.
En el frente laboral, se espera que Tsipras ponga fin al recorte del salario mínimo y restaure algunos convenios colectivos abolidos bajo el acuerdo del rescate. También implementaría un plan de 5.000 millones de euros en incentivos para que las empresas contraten empleados.
Se espera que los planes de privatización sean reconsiderados. En la campaña, Tsipras también prometió poner fin a una serie de impopulares impuestos, lo que llevó a que sus críticos se pregunten cómo hará para mantener el gasto social mientras afronta la presión de acreedores externos exasperados.