MOSCÚ, 27 ene (Reuters) - Rusia dijo el jueves que era inevitable que se produjera una crisis de misiles nucleares entre Moscú y Washington si no se tomaban medidas para garantizar la moderación y la previsibilidad, informó la agencia de noticias TASS.
El comentario del alto cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores Vladimir Ermakov se produjo un día después de que Estados Unidos y la OTAN respondieran formalmente a las propuestas de seguridad rusas de forma. A juicio del Kremlin, la respuesta no abordó sus principales preocupaciones, pero Rusia dejó abierta la posibilidad de un nuevo diálogo.
Ermakov dijo que la OTAN era capaz de desplegar rápidamente armas nucleares que podrían atacar objetivos estratégicos en Rusia.
"Seguimos insistiendo en que es prioritario llegar a un entendimiento de principios que permita abordar urgentemente los problemas en este ámbito. De lo contrario, es inevitable que se produzcan nuevas "crisis de misiles", dijo.
El paquete de seguridad de Rusia, presentado en diciembre, incluía la propuesta de que este país y Occidente se abstuvieran de desplegar misiles nucleares de alcance corto o intermedio (INF) que pudieran alcanzar el territorio contrario.
Ermakov dijo que Moscú pensaba que Estados Unidos estaba haciendo preparativos para desplegar misiles de corto o medio alcance en Europa y la región de Asia-Pacífico.
"Insistimos en que las "misiones nucleares conjuntas" de la OTAN deben detenerse inmediatamente, que todas las armas nucleares estadounidenses deben ser devueltas a Estados Unidos y que la infraestructura que permite asegurar un despliegue rápido debe ser liquidada", dijo Ermakov.
Moscú, que ha acumulado decenas de miles de soldados cerca de Ucrania, ha advertido de una posible respuesta "militar-técnica" si no se toman en serio sus demandas, una amenaza que algunos observadores creen que podría incluir el despliegue de misiles.
El despliegue de misiles INF terrestres había sido prohibido en virtud de un pacto de control de armas entre Estados Unidos y la Unión Soviética de 1987, pero Washington salió del tratado en 2019, acusando a Moscú de incumplirlo, una acusación que Rusia negó.
(Reporte de Maxim Rodionov; redacción de Tom Balmforth; edición de Mark Trevelyan, traducido por Tomás Cobos)