DUBÁI (Reuters) - Un tribunal saudí sentenció el martes a muerte a 15 personas por espiar para Irán, dijeron medios saudíes, en un dictamen que podría reavivar la tensión entre las dos potencias regionales rivales.
El tribunal criminal especializado de Riad sentenció a otros 15 sospechosos a penas de cárcel de entre seis meses a 25 años, y absolvió a dos, dijo el diario árabe al-Riyadh en su sitio web.
Los sospechosos, entre ellos 30 musulmanes chiíes saudíes, un iraní y un afgano, fueron detenidos en 2013 por cargos de espionaje para Irán y fueron a juicio en febrero. Las decisiones pueden apelarse y las condenas a muerte deben ser ratificadas antes por el rey.
El juicio es el primero que se recuerda recientemente en el que ciudadanos saudíes han sido acusados de espionaje. Se produce en un momento de alta tensión entre Arabia Saudí, la potencia regional suní, e Irán, una teocracia chií no árabe, por su influencia en Oriente Próximo.
Riad ejecutó en enero a un prominente clérigo chií condenado por su implicación en la muerte de un policía, lo que provocó protestas en la embajada saudí en Teherán. Riad rompió los lazos diplomáticos posteriormente.
Muchos de los sospechosos son exempleados de los ministerios saudíes de Defensa e Interior, dijeron medios saudíes. Los sospechosos fueron acusados de crear una red de espionaje y de pasar información militar y de seguridad sensible a Irán, buscar el sabotaje de los intereses económicos saudíes y minar la cohesión social e incitar un conflicto sectario.
Los cargos incluyen el apoyo a protestas en la región de mayoría chií de Qatif, en Provincia Oriental, reclutando a otros para espiar, enviar informes encriptados a la inteligencia iraní por correo electrónico y cometer alta traición contra el rey.
Entre los detenidos en 2013 había un profesor universitario, un pediatra, un banquero y dos clérigos.
La mayoría procedía de al-Ahsa, una región donde se mezclan suníes y chiíes que es hogar de alrededor de la mitad de la población total de la minoría chií del país.
Las relaciones entre los dos países se deterioraron tras la revolución iraní en 1979 que llevó al poder a los clérigos chiíes. Arabia Saudí sigue la estricta escuela wahabí del Islam suní, que percibe como herético al chiismo.