TOKIO, 4 ago (Reuters) -La velocista bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya llegó al aeropuerto de Tokio el miércoles por la mañana después de abandonar la embajada polaca, donde se refugió en un giro diplomático dramático durante los Juegos Olímpicos de Tokio.
Su negativa a abordar un vuelo a su país, después de decir que fue llevada por su equipo al aeropuerto en contra de sus deseos, generó uno de los grandes dramas en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se había refugiado en la embajada el lunes.
Se esperaba que la atleta viajara a Polonia, habían asegurado sus partidarios. Varsovia le ofreció una visa humanitaria.
Tsimanouskaya, con mascarilla y vestida con jeans, una blusa azul y lentes de sol, llegó en una van escoltada por la policía al aeropuerto de Narita, ubicado al este de la capital japonesa, a las 8:27 am (2327 GMT del martes) y no habló con los reporteros que esperaban.
El Comité Olímpico Internacional dijo el martes que había lanzado una investigación formal sobre el caso de Tsimanouskaya y esperaba un informe del equipo bielorruso.
Tsimanouskaya, de 24 años, debía competir en las eliminatorias femeninas de 200 metros el lunes, pero dijo que el entrenador jefe del equipo bielorruso se presentó en su habitación el domingo en la Villa Olímpica y le dijo que tenía que irse después de haber criticado a los dirigentes.
"No regresaré a Bielorrusia", dijo a Reuters en ese momento.
El incidente ha centrado la atención en Bielorrusia, donde la policía ha reprimido a la disidencia tras la ola de protestas desencadenadas por las elecciones del año pasado que, según la oposición, fueron manipuladas para mantener a Aleksandr Lukashenko en el poder.
Las autoridades bielorrusas han dicho que los manifestantes antigubernamentales son revolucionarios criminales respaldados por Occidente, y describieron las acciones de sus propios organismos encargados de hacer cumplir la ley como apropiadas y necesarias.
Vitaly Shishov, un activista bielorruso que vive en el exilio en Ucrania, fue encontrado ahorcado en un parque cerca de su casa en Kiev el martes más temprano, y la policía ucraniana inició una investigación por asesinato. Dirigía una organización que ayuda a los bielorrusos que huyen de la persecución.
(Reporte de Pak Yiu; escrito por William Mallard. Editado en español por Rodrigo Charme)