La semana terminó con el Ibex 35 subiendo un 6% en la semana y un 2,5% en el mes, siendo el segundo mes consecutivo de subidas tras el hundimiento de marzo y sumó el viernes siete sesiones en verde en las que subió más de un 9%, en lo que es la mejor racha desde septiembre de 2018 cuando subió diez sesiones consecutivas. El resto de plazas del Viejo Continente también en verde con subidas entre el 4 y el 5%, por ejemplo el EuroStoxx 50 subió un 4% en el mes y reduce las pérdidas anuales por debajo del 20%.
En Wall Street los índices han recuperado buena parte de las pérdidas acumuladas, de hecho el Nadsdaq cerró el viernes quedándose a un 1,7% de sus máximos históricos. El S&P 500 sube en la semana 3,13% y en el mes 4,65% (ha tenido su mejor racha de dos meses desde abril de 2009). El Dow Jones sube en la semana 3,75% y en el mes 4,26%. Por su parte el Nasdaq sube en la semana 1,5% y en el mes 6,17%.
Y es que a nivel mundial la cosa ha ido igual de bien con el MSCI All-Country World subiendo un 33% desde su mínimo de marzo. Mucho me temo que buena parte de la "culpa" de estas subidas se ha debido al cierre masivo de cortos más que al hecho de comprar en sí. Ahora llega el momento de la verdad.
No hay duda de que la pandemia del Covid-19 ha empujado a la economía de los Estados Unidos a una grave crisis, poniendo fin a la expansión económica más larga de la historia, expansión que terminó en febrero con 128 meses de duración.
Gráfico: Compound
Pero esta recesión será diferente a todas las que hemos vivido en el pasado. Hay algunas razones para ser optimista en cuanto a la recuperación:
* La economía de los Estados Unidos entró en esta recesión viniendo de buena solidez, con la confianza de los consumidores y las empresas y los niveles de empleo en niveles récord. Recordemos que las dos últimas recesiones siguieron a grandes burbujas en los sectores de la vivienda y la tecnología.
* Ésta recesión ha venido por un factor externo y no por mala praxis de la Fed o del Gobierno. Lo mismo sucedió con la crisis del petróleo de los años 70.
* La respuesta de las instituciones no tiene precedentes, tanto en términos cuantitativo como cualitativo. Tanto la Reserva Federal como el Gobierno han asegurado que los problemas de liquidez a corto plazo no se conviertan en un tema de solvencia sistémica.
El sentimiento semanal de los inversores (AAII) quedó de la siguiente manera:
- Alcistas: 33,1% (+4,1% respecto pasada semana)
- Neutros: 24,8% (-1,2% respecto pasada semana)
- Bajistas: 42,1% (-2,9% respecto pasada semana)
Estamos teniendo un gran paralelismo entre lo que hizo el S&P 500 en la crisis del 2008 y lo que está haciendo en la crisis del 2020, aunque ya sabemos que el pasado no tiene por qué replicarse en el futuro.
Existe una tendencia en el mercado a exacerbar cualquier noticia que apoye la tendencia alcista (los inversores están ávidos de comprar en las caídas). Esta es una situación peligrosa que podría llevar a movimientos del mercado a la baja en verano si no se sabe gestionar correctamente las expectativas (imaginen retraso en vacunas, un nuevo pico de contagios al abrirse la temporada de verano).
De momento, más del 90% de las compañías que forman el S&P 500 están por encima de su media móvil de 50 días. De las últimas 11 veces que esto sucedió, en 10 de ellas un año después el índice había subido un 16% de promedio.
Gráfico: LPL Research
Las acciones tecnológicas están siendo una de las ganadoras. Les dejo unos ETFs interesantes del sector:
A) WisdomTree Cloud Computing Fund: Mantiene 52 acciones en su cesta y cobra a los inversores 45 puntos básicos en concepto de honorarios por año.
B) RK Next (LON:NXT) Generation Internet: el fondo mantiene 44 acciones en su cesta. Negocia un volumen diario promedio de 223.000 acciones y cobra a los inversores 76 puntos en concepto de honorarios anuales.
C) O’Shares Global Internet Giants: posee una cesta de 74 acciones y cobra 48 puntos básicos en concepto de cuotas anuales. Ha logrado atraer 128,4 millones de dólares en su base de activos.
D) ARK Innovation: el fondo mantiene 34 valores en su cesta y cobra 75 puntos en cuotas anuales. El producto ha reunido 3.200 millones de dólares en su base de activos y comercia un volumen diario promedio de 564.000 acciones.
Y para los inversores interesados en el dividendo también hay ETFs interesantes:
1) Vanguard Dividend Appreciation: este es el ETF más grande y más popular en el espacio de los dividendos. El fondo sigue el índice NASDAQ US Dividend Achievers Select, que está compuesto por acciones de alta calidad que tienen un récord de aumento de dividendos cada año. Tiene 188 valores en la cesta, ninguno de los cuales representa más del 5,9% de la acción. El fondo cobra 8 puntos en cuotas anuales.
2) SPDR S&P Dividendos: con una suma total de 14.800 millones de dólares, este fondo proporciona una exposición bien diversificada a 119 acciones de los Estados Unidos que han estado aumentando sus dividendos de forma constante cada año durante al menos 20 años. El fondo cobra 35 puntos en comisiones.
3) iShares Select Dividend: este fondo proporciona exposición a las compañías con un historial consistente de 5 años de pagos de dividendos. Tiene 92 valores en su cesta, cada uno de los cuales representa menos del 3% de los activos. El ETF cobra 39 puntos en comisiones por año.
4) Schwab U.S. Dividend Equity: con una suma total acumulada de 11.100 millones de dólares, este producto ofrece exposición a 97 empresas estadounidenses de alto rendimiento de dividendos que tienen un historial de pagos de dividendos constantes respaldados por una fortaleza basada en ratios financieros y una amplia liquidez. El fondo está bien distribuido entre sus componentes, y ninguno tiene más del 5,9% de los activos. Cobra 6 puntos en cuotas anuales.
Éste año está sucediendo algo que para muchos inversores es desconcertante. No sólo los mercados en general han tenido fuertes movimientos y por tanto elevada volatilidad, es que muchos activos refugio clásicos por excelencia no han sido tan seguros como cabría de esperar. Un ejemplo ha sido el tema de comprar acciones que en el pasado han mostrado una baja volatilidad. El Índice de Baja Volatilidad del S&P 500 -que mide las 100 acciones más estables del S&P 500- ha perdido más del 16% en lo que va de año y la recuperación desde los mínimos de marzo ha sido menor que la del S&P 500.
Las acciones de baja volatilidad, durante años fueron consideradas por muchos como sustitutos de los bonos. En una época en la que la renta fija ofrecía rendimientos muy bajos, algunos inversores sentían que no tenían otra alternativa que transferir dinero a las acciones, empezando por las más seguras. El problema es que esas acciones no se comportaron como los bonos en la caída, se comportaron como las acciones. Difícilmente puedes considerar de bajo riesgo un activo que cae un 30% en cuestión de días. A medida que las acciones han vuelto a subir, una gran parte de las ganancias ha ido hasta ahora a las grandes empresas de tecnología, el tipo de acciones que generalmente no están en la lista de baja volatilidad.