No hay unas elecciones iguales que otras. Es imposible comparar climas sociales, políticos y económicos en diferentes épocas. Sin embargo, ha habido una constante: un indicador bursátil que, al menos hasta ahora, ha estado proporcionando resultados consistentes y precisos.
Si bien este indicador es considerablemente simple, en nuestra opinión parece ilustrar el estado de ánimo general del momento.
Según esa medida, cuando las acciones estadounidenses suben en el período de tres meses anterior a unas elecciones presidenciales, el presidente titular o su partido permanecieron en el cargo en 20 de 23 casos, o el 87% de las veces. Desde 1984, esto ha funcionado el 100% de las veces.
Pero, ¿por qué un movimiento del 1% de las acciones en cualquier dirección predeciría el próximo líder del mundo libre de una manera tan consistente? Estadísticamente hablando, el número de eventos no es representativo, pero hay otro elemento más allá de las matemáticas. Es la psicología.
La mayoría de los analistas utilizan como indicador el período de tres meses desde el 31 de julio hasta el 31 de octubre. Así, ya han pronosticado una victoria de Biden, ya que el desplome anterior de septiembre y octubre presionó a las acciones hasta que entraron en territorio negativo —dejándose un 0,87% en el caso del índice S&P 500.
Sin embargo, puede que ese plazo haya sido un error. Los votantes no son analistas financieros, y el período analítico de tres meses no tiene en cuenta que muchas personas no deciden a quién votarán hasta justo antes de emitir su voto. De lo contrario, ¿por qué los candidatos seguirían haciendo campaña? Los candidatos continúan hasta el día de las elecciones porque saben que la gente cambia de opinión. Por eso, deberíamos tener en cuenta los precios de las acciones hasta el mismo día de las elecciones.
Al cierre de ayer, el S&P 500 había subido un 0,5% con respecto a su precio de cierre del 3 de agosto, y si los futuros son un augurio para el comportamiento de hoy, el indicador dará luz verde al presidente Donald Trump otros cuatro años.
Por supuesto, éste no es un indicador claro y definido, especialmente en un año en el que ya se han emitido un montón de votos anticipados, un récord de 97 millones, que es más de dos tercios del total de papeletas de 2016. Usando ese plazo anterior, de los votos presentados antes del día de las elecciones, el indicador, con las acciones en territorio negativo hasta ayer, podría haber estado en cambio señalando con precisión una victoria de Biden.
Aun así, no sabremos lo fiable que será este indicador hasta que se cuenten todos los votos. Y eso podría llevar algún tiempo.
Sin embargo, utilizando gráficos técnicos, al menos podemos pronosticar hacia dónde se dirige el SPX a continuación. Y el gráfico por horas muestra indicios de un repunte continuo.
La venta masiva anterior se produjo dentro de los mínimos del 0,75% del 24 de septiembre. Si cae por debajo de este nivel, habrá establecido una tendencia bajista. Sin duda, el hecho de que el índice alcanzara el 12 de octubre su punto máximo por debajo de los máximos del 2 de septiembre es preocupante. Sin embargo, una caída de casi el 9% podría haber aumentado el atractivo de las acciones.
El índice de referencia ha estado operando dentro del fondo del gráfico de cabeza y hombros, con el RSI completándolo ya anticipándose al precio. Además, el ROC, otro indicador basado en el impulso, sugiere un repunte al alza, al igual que incluso la señal de la MMCD retrasada que se basa en las comparaciones de precio promedio.
Un cruce por encima de 3.350, habrá completado el fondo del gráfico de cabeza y hombros, estableciendo una cadena de eventos que podrían impulsar los precios. Inicialmente, un estrangulamiento de posiciones cortas infundiría al mercado una demanda forzada por parte de los traders que deben comprar rápidamente acciones prestadas de sus brokers. El aumento de la demanda volverá a hacer subir los precios, desencadenando posiciones largas a medida que van entrando, atrayendo más especuladores para otra racha al alta.
Estrategias de trading
Los traders conservadores esperarían a la finalización del patrón con un repunte al alza cuya penetración alcanza al menos el nivel de 3.400, donde probablemente encontrará un nivel de resistencia, poniéndola camino de un movimiento de retorno. Estos traders esperarían más evidencias de se ha tocado fondo, con el precio rebotando desde el patrón.
Los traders moderados esperarán el mismo retroceso que sus homólogos más conservadores, para una entrada más cercana al nivel de soporte, no necesariamente para obtener más confirmación.
Los traders agresivos podrían arriesgarse a posicionarse en largo ya, para vencer a la manada, que los dejaría con pocas opciones. Sin embargo, junto con el aumento de la posible recompensa, también aumenta el riesgo. Por lo tanto, cuanto más agresiva es la operación, más importante es tener un plan sólido y ajustado que los traders tengan que cumplir. Aquí tenemos un ejemplo.
Ejemplo de operación:
Entrada: 3.300
Orden de minimización de pérdidas: 3.275
Riesgo: 25 puntos
Objetivo: 3.400
Recompensa: 100 puntos
Relación riesgo-recompensa: 1:4
Nota del autor: Éste es un ejemplo de operación, no una profecía. Operar solo funciona si limita sus pérdidas y aprovecha sus victorias. Es por eso que un plan de trading claro y sensato es requisito indispensable para cualquier aspirante a trader. De lo contrario, sólo está apostando a un juego de azar.
Además, es imperativo entender que no todas las operaciones son adecuadas para todos los traders. Tiene que entender los puntos básicos de una ecuación comercial y ajustarlos a sus circunstancias personales, incluyendo su tiempo, presupuesto y temperamento. Le llevará tiempo, paciencia y dinero resolver todo esto. Si no está dispuesto a hacer esa inversión en sus habilidades como trader, no se moleste en embarcarse en operaciones reales, ya que las probabilidades están firmemente en su contra.