La fuerte caída del petróleo en el último año impuso varios desafíos para Colombia, dado que su economía depende en gran parte de las actividades relacionadas con estecommodity. Actualmente, sus exportaciones se componen principalmente de petróleo y sus derivados, carbón y café. El siguiente gráfico muestra la composición de las exportaciones acumuladas a julio 2015:
Uno de los impactos más directos puede verse en el deterioro de la balanza comercial y de los términos de intercambio, así como también en el mercado accionario. En lo que va del año el índice bursátil de referencia para el mercado colombiano (el COLCAP) acumuló una caída de 19%. El COLCAP está compuesto por las acciones de las 20 empresas con mayor capitalización bursátil de Colombia.
A su vez, estas empresas o mejor dicho, las industrias en las que estas operan son representativas de los sectores industriales que mueven la economía colombiana. Las empresas que componen el índice operan principalmente en las industrias financiera (33%), petrolera y energética (33%), y de construcción (21%), entre otras.
Claramente, la caída en el índice puede explicarse por la fuerte caída del petróleo. El siguiente gráfico muestra la evolución del precio del petróleo (línea azul) y el precio de la acción de Ecopetrol SA que representa un 8,5% del COLCAP. El precio del petróleo acumuló un 20% de caída en lo que va del año mientras que la acción de Ecopetrol cayó un 45%.
Panorama
Si bien no se espera una recuperación del nivel de precios del petróleo en el corto plazo, las pregunta es: ¿es el panorama para Colombia ineludiblemente negativo? No necesariamente. Veamos por qué.
Las expectativas, podrían decirse, que son más bien positivas dado que el gobierno ha estado llevando a cabo una serie de políticas que resultan clave para sobrellevar los desafíos. El marco político actual contempla principalmente el balanceo de la estructura fiscal, un objetivo de inflación, y un tipo de cambio flexible.
Sin ir más lejos, la semana pasada el Ministerío de Minas publicó su plan para modificar la regulación del sector de hidrocarburos con el objetivo de incrementar la inversión en la industria y, con ello, convertir a Colombia en un destino más atractivo para la exploración de gas y petróleo.
Por estas razones, las proyecciones actuales son favorables dado que se espera un crecimiento en la economía de alrededor de 4%, las expectativas de inflación están dentro del nivel objetivo y la depreciación del tipo de cambio (gracias al régimen flexible) mitiga el deterioro del sector externo por la caída en los precios. Todo pareciera indicar que lo peor ya pasó.