Estamos en un momento apasionante en los mercados financieros. Bueno, para ser sinceros, llevamos todo este 2022 con una intensidad en las bolsas, con unos vaivenes en las cotizaciones, con unos cambios de dirección del mercado en pocas horas que me recuerda épocas pasadas, que me recuerda 2008-2009.
Pero hoy no voy a hablar de hasta dónde va a llegar el rebote del SP500. Tampoco voy a hablar de si la inflación ha tocado techo. Si lo de Apple (NASDAQ:AAPL) es una simple corrección o un cambio de tendencia general, de si Tesla (NASDAQ:TSLA) todavía está en “modo burbuja”, de si bitcoin volverá a los 60.000$ o de si lo de Credit Suisse (SIX:CSGN) es el próximo Lehman Brothers. No. Hoy es momento de coger altura de miras, dejar la intensidad del día a día a un lado, y reflexionar y meditar para saber hacia dónde vamos como sociedad.
Sabían ustedes que a principios de los 80 Estados Unidos al no poder vencer la tan elevada inflación que llevaban arrastrando desde años, tuvieron que “sacarse de la chistera” el concepto de “Ajuste Hedónico de la inflación debido a la Calidad”. Con ello consiguieron cambiar la forma de calcular la inflación y hacerla “estadísticamente” inferior a la real. De forma “milagrosa” se consiguió reducirla. Existen tablas de “conversión” que te permiten calcular la inflación actual con el modelo de cálculo de antes de los ochenta y no es ninguna sorpresa indicar que, de promedio, obtenemos una inflación un +3% superior que calculandola con el modelo actual.
Sabían ustedes que, en España, como no eran capaces de bajar el porcentaje tan elevado, endémico y enquistado de personas en el paro se “renombro” a la persona que trabajaba de forma temporal hacia el concepto de persona con un contrato fijo discontinuo. No se cambió la realidad de ese trabajador, pero sí se cambió la estadística a la cual pertenecía dicho trabajador cuando no estaba trabajando, pasado (como de un juego de trileros de la Rambla de Catalunya de Barcelona) a engrosar el grupo de personas activas en vez del grupo de personas paradas.
Si no somos capaces de cambiar la realidad, lo que sí podemos cambiar es la estadística de esa realidad y si tampoco podemos cambiar esa estadística, lo que sí podemos hacer es “renombrar” esa realidad.
De esta forma se confunde a la sociedad generando un gap cada vez más grande entre lo que percibe el ciudadano y lo que la estadística y datos muestran.
Y si me permiten ser muy malo. Tengo la solución a todos los problemas financieros y sociales que puedan surgir a partir de ahora. Si somos incapaces de implementar soluciones para un determinado problema macroeconómico, ya sea desorbitada deuda soberana, P.I.B de países demasiado bajos, tasa de paro elevadas, costes de la energía por las nubes, renta per cápita muy bajas etc… Si no somos capaces de encontrar soluciones y respuestas contundentes a estos problemas, siempre nos quedará la solución de “modificar la estadística asociada a ese dato” o “renombrarlo” de otra forma, tal y como hizo EE. UU con la inflación o España con el concepto de trabajador temporal.
¡Qué el PIB de España es muy bajo! Pues lo reformulo para que salga más elevado. ¡Qué la deuda soberana es muy elevada! Pues “redefino” el concepto de deuda para que me salga menos elevada. ¡Que los datos de contagio de la pandemia por Covid son muy elevados! Pues reformulo su cálculo y dejo de incluir a los de una determinada franja de edad.
Sí, es una solución perversa, es un gran parche para los problemas, pero no duden nuestros gobernantes acabarán solucionando los problemas de esta manera