Ford Motor (NYSE:F) ha anunciado una modificación sustancial de su estrategia en materia de vehículos eléctricos (VE), que ha suscitado respuestas variadas entre los expertos del sector.
Las alteraciones implican una selección más selectiva de productos, revisiones de los planes de inversión y un importante efecto económico, lo que indica la prudente estrategia de Ford hacia su futuro VE. He aquí la perspectiva de los analistas:
Bank of America afirma que los recientes cambios de Ford están diseñados para "mejorar el potencial de beneficios y la eficiencia de la inversión" de su cambio hacia un futuro con mayor énfasis en los vehículos eléctricos.
El fabricante de automóviles tiene previsto introducir una nueva furgoneta comercial eléctrica en 2026 y dos nuevas camionetas eléctricas en 2027, al tiempo que abandona su proyecto de un SUV eléctrico con tres filas de asientos.
Los analistas de Bank of America afirman que estas decisiones permitirán a Ford "capitalizar el creciente interés de los consumidores por los vehículos eléctricos", al tiempo que se concentra en áreas fuertes, como las furgonetas comerciales y las camionetas.
Los analistas de Bernstein reconocen que la reordenación del calendario de productos de Ford es una táctica deliberada, aunque se ha enfrentado a cierta desaprobación.
Aunque Ford está acelerando la producción de baterías en Estados Unidos, lo que debería empezar a proporcionar ventajas a partir del año 2025, Bernstein subraya que la empresa ha tardado en realizar estos ajustes.
También llaman la atención sobre el coste de 1.900 millones de dólares vinculado a este cambio estratégico, que engloba una reducción de 400 millones en el valor de los activos de producción.
Wells Fargo comparte estas aprensiones, indicando que las frecuentes alteraciones de la estrategia de Ford significan las dificultades que encuentra la empresa en el sector de los vehículos eléctricos.
El abandono del SUV eléctrico de tres filas de asientos y el aplazamiento de los lanzamientos de nuevos VE ponen de manifiesto los "desafíos competitivos en materia de precios" y los amplios riesgos presentes en el mercado a los que se enfrenta Ford.
No obstante, señalan que la disminución de la inversión en VE -del 40% al 30%-, junto con el énfasis sostenido en los vehículos híbridos, indica un ritmo más deliberado hacia la adopción de la tecnología eléctrica.
Hasta ahora, aunque los analistas reconocen lo prometedor de las revisiones estratégicas de Ford, mantienen una postura cautelosa respecto a la capacidad de la empresa para gestionar con éxito el dinámico mercado de los VE.
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