Quito, 14 ene (.).- El embalse de Mazar, el segundo más grande de Ecuador y el principal para el sistema energético del país, ha logrado reponerse en las últimas semanas y está cercano a su nivel máximo, después de que se viera afectado en los últimos meses de 2024 por una sequía que obligó a realizar apagones de hasta catorce horas al día.
El nivel del agua embalsada alcanzó este martes los 2.145 metros sobre el nivel del mar y se encuentra a apenas ocho de los 2.153, su cota máxima.
Entre octubre y noviembre su nivel era de 2.110 metros, sin agua suficiente para operar un complejo de tres centrales hidroeléctricas situadas en la cuenca del río Paute con una potencia en conjunto de más de 1.700 megavatios, capaces de atender aproximadamente una tercera parte de la demanda eléctrica nacional.
El nivel del agua en Mazar, ubicado en la sureña provincia andina de Azuay, ha ido subiendo paulatinamente en el transcurso de noviembre, gracias a las persistentes lluvias que han caído en la zona andina de Ecuador, especialmente en la segunda mitad del mes.
Con el agua acumulada actualmente en este embalse, las centrales del complejo hidroeléctrico tienen asegurada la operación por los próximos tres meses aunque disminuyan sus afluentes a niveles mínimos, según señaló este martes en un comunicado el Gobierno.
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y su ministra de Energía y Minas en funciones, Inés Manzano, visitaron este martes las instalaciones de la central hidroeléctrica de Molino, una de las tres que conforman el complejo energético del río Paute.
Manzano destacó que los embalses avanzan en la recuperación de sus niveles de agua: faltan cuatro metros para alcanzar la cota máxima en la central hidroeléctrica Molino y ocho metros en Mazar. "Esto es esencial para maximizar su capacidad operativa y asegurar el suministro continuo", reseñó el Ejecutivo en su comunicado.
Los cortes de electricidad que se produjeron a diario entre septiembre y diciembre tuvieron un fuerte impacto en la economía nacional, pues en el sector industrial hubo apagones de varios días consecutivos, especialmente en las minas industriales, lo que ha hecho que resientan las exportaciones de minerales.
La matriz de generación eléctrica de Ecuador depende en un 72 % de centrales hidroeléctricas, por lo que la fuerte sequía de los meses pasados le impidió mitigar el impacto, debido también a la falta de inversiones en años anteriores para el mantenimiento de centrales termoeléctricas, que funcionan con combustibles fósiles.
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