Stefan Scheurer, Director Global Capital Markets & Thematic Research, de Allianz (DE:ALVG) Global Investors:
“Con la relajación de las restricciones aumentó la preocupación por una segunda ola de contagios, sobre todo en algunos países en desarrollo y partes de Europa, donde el número de nuevos infectados ha llegado incluso a alcanzar los valores más elevados desde finales de abril. No es de extrañar que se vuelva a pensar en restricciones parciales o incluso totales, destinadas a frenar una nueva expansión de la pandemia. Esto podría afectar, por otra parte, a las tendencias de recuperación económica, e incluso ponerlas en peligro.
En todo caso, la recuperación económica se mantuvo el mes pasado, e incluso continuaron mejorando ligeramente los pronósticos del consenso respecto al PIB de 2020 para varios países, a pesar de que las expectativas se mantienen ante una supuesta recesión y la tendencia hacia un agotamiento económico tras el rápido proceso de recuperación. En consecuencia, prevemos una curva de crecimiento más plana a partir del cuarto trimestre de 2020, debido a que tanto los índices Citi Economic Surprise, como los diversos indicadores adelantados de EE. UU., los índices actuales de gestores de compras de la zona del euro u otros indicadores económicos alternativos de uso frecuente o los datos de movilidad de Google (NASDAQ:GOOGL) vienen apuntando desde hace bastante tiempo a una pérdida del impulso alcista.
Esto ha hecho también que aumentasen las inquietudes entre los bancos centrales: La autoridad monetaria estadounidense, la Fed, ha fijado su «objetivo promedio de inflación» basándose en unos tipos de interés bajos hasta por lo menos 2023, mientras prosigue sus compras en el marco de la flexibilización cuantitativa («QE»). Entre tanto, el Banco Central Europeo (BCE) se plantea flexibilizar su Programa de Compra de Emergencia Pandémica (PEPP), mientras que el Banco de Inglaterra está incluso sopesando unos tipos de interés negativos. La represión financiera viene de camino. La «caza» de las rentas de capital se intensifica.
La evolución futura dependerá seguramente de cómo transcurre la pandemia, pero la tendencia de los bancos centrales a volverse más expansivos en caso necesario debería seguir favoreciendo a los segmentos de los mercados de capitales de mayor riesgo, entre los que se incluyen las acciones. La volatilidad prevista nos producirá pocas satisfacciones.”.
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