La semana pasada los positivos datos macroeconómicos dados a conocer en Europa, EEUU, Japón y China sirvieron para mantener el buen tono en unos mercados que, poco a poco, fueron recuperando actividad tras las vacaciones navideñas. Así, tanto los índices adelantados de actividad de los sectores manufactureros y de servicios dados a conocer en estas regiones, como las cifras de empleo estadounidenses, todos ellos correspondientes al mes de diciembre, confirmaron que las principales economías mundiales cerraron 2016 con fuerza. A ello hay que añadir la mejora de la mayoría de los índices de confianza, tanto empresariales como de los consumidores, que son indicadores adelantados de actividad y consumo, con algunos de ellos alcanzando niveles de máximos multianuales, situándose, en algunos casos, a niveles precrisis. Por último, el repunte experimentado por el precio del crudo desde que se firmó el acuerdo entre los países de la OPEP y algunos productores “no OPEP” para reducir sus producciones en aras a acelerar el equilibrio entre oferta y demanda en el sector, unido a la mayor actividad económica han impulsado al alza las expectativas de inflación en casi todas estas economías. Si a todo ello unimos las políticas fiscales expansivas que pretende implementar desde el comienzo de la legislatura la nueva Administración estadounidense, el escenario al que se enfrentan los mercados de valores occidentales habría cambiado sustancialmente para bien, algo que, en gran medida, ya habrían descontado los inversores.
Es precisamente el grado en el que este escenario ha sido descontado la gran incógnita a la que se enfrentan a partir de ahora los mercados. Hay analistas que consideran que las bolsas, especialmente las estadounidenses –el viernes el S&P 500 y el Nasdaq Composite marcaron nuevos máximos históricos, mientras que el Dow Jones no pudo con la cuota de los 20.000 puntos (llegó a
situarse a escasas décimas de la misma), cerrando también en positivo, muy cerca de su máximo histórico-, han ido demasiado lejos descontando este escenario de mayor crecimiento y mayor inflación. En este sentido, señalar que las valoraciones en la bolsa estadounidenses son muy exigentes en términos relativos históricos, aunque no lo son tanto si tenemos en cuenta las rentabilidades de los bonos. Por tanto, cualquier repunte abrupto de las mismas se convertiría en una grave amenaza para este mercado, algo que puede ocurrir si se siguen revisando al alza las expectativas de inflación y la Reserva Federal (Fed) vuelve a actuar subiendo sus tipos en los próximos meses. Por el contrario, en Europa las valoraciones de la renta variable no son tan exigentes. Además, la inflación en la región, a pesar del repunte experimentado en diciembre, sigue lejos del objetivo de cerca del 2% establecido por el BCE. Mientras que esto siga siendo así, vemos complicado, sino imposible, que la máxima autoridad monetaria de la región comience a dar marcha atrás en sus políticas monetarias expansivas, más aún teniendo en cuenta la inestabilidad política que afronta la misma en 2017, con varias elecciones generales en cartera y con el proceso del brexit siendo todavía una incógnita. Es por ello, y obviando “el tema político” que, como ya hemos señalado en alguna ocasión, es imposible de predecir, más aún cuando las hasta hace poco útiles encuestas ya no son lo que eran, que consideramos que en 2017 las oportunidades más atractivas en renta variable están en Europa, siendo el mercado español uno de los más atractivos tanto por las valoraciones como por la mayor estabilidad institucional de la que goza nuestro país en comparación
con muchos de sus socios en la Zona Euro.
Más a corto plazo, y si nos centramos en la semana que HOY comienza en los mercados, señalar que, en principio, esperamos que las bolsas europeas abran al alza, animadas por el buen comportamiento de los índices estadounidenses el pasado viernes. La agenda macro de la semana tendrá como principales citas la publicación MAÑANA (T:9202) de madrugada del IPC y del índice de precios a la producción de diciembre en China. Además, el jueves se darán a conocer las actas de la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE y el viernes se publicarán los datos de la balanza comercial de China de diciembre y las ventas minoristas estadounidenses del mismo mes. Todas estas cifras servirán para que los inversores terminen de completar el “cuadro macro” al que se enfrentan los mercados que, en principio, esperamos que siga siendo positivo. Por último, y en lo que hace referencia al día de HOY, señalar que la agenda macro es bastante liviana, destacando la publicación en Alemania de la producción industrial de noviembre y en la Zona Euro del índice de confianza del inversores que elabora Sentix, datos que no esperamos vayan a tener mucho impacto en el comportamiento de las bolsas europeas. Sí lo tendrá, sin duda, la evolución de los principales índices bursátiles estadounidenses. En este sentido, esperamos asistir HOY a un nuevo intento del Dow Jones de superar los 20.000 puntos, lo que sería más un hito de tipo histórico con cierto componente psicológico que otra cosa, aunque creemos que, de producirse, tendría un impacto positivo en el comportamiento del resto de bolsas occidentales.
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